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Ancianos y adultos jòvenes.Factores biológicos. Estrés.Enfermedad cardíaca.Embolia cerebral. Declive neurológico.Osteoporosis. Aumento del dolor físico.Cáncer de mama. Efectos sobre salud de descendientes. Adicciones.Consecuencias sobre el matrimonio y el trabajo. Sustancias y tabaco
CUANDO LA DEPRESION AFECTA LA SALUD FISICA
La depresión en los ancianos o en adultos jóvenes con enfermedades físicas graves tiende a disminuir su esperanza de vida, incluso sin tener en cuenta cualquier otra enfermedad que padezcan.
Se sabe que la actividad física disminuida y la falta de contacto social juegan un papel en la asociación entre depresión y gravedad de la enfermedad.
Hay investigaciones que sugieren que la depresión produce factores biológicos, como niveles bajos de serotonina, que desencadena respuestas relacionadas con el estrés en el cuerpo, además de inflamación y alteraciones en algunos órganos y células.
Enfermedad cardiaca y ataques cardíacos
Los estudios indican que la depresión puede ejercer efectos adversos biológicos sobre la coagulación de la sangre, la tensión arterial, los vasos sanguíneos y el ritmo cardíaco. Se ha demostrado la existencia de relaciones fuertes entre la depresión y la incidencia y severidad de embolias, infartos de miocardio y muertes después de un infarto.
Según una investigación realizada esta década en Estados Unidos, un 8, 3% de mujeres deprimidas murieron tras un infarto de miocardio, en comparación con el 2, 7% de las no deprimidas. Los resultados fueron similares en los hombres (7% deprimidos morían y los otros alcanzaron el 2, 4%). Las mujeres tenían el doble de posibilidades de estar deprimidas que los hombres.
La depresión puede dificultar la respuesta del paciente a la medicación para las enfermedades cardíacas. Cuanto más grave sea la depresión, más peligrosa es para el corazón; aún la depresión ligera. Los sentimientos desesperanzadores experimentados a lo largo de los años, pueden dañar al corazón y sin que las personas reúnan antecedentes de alteraciones cardíacas.
Ictus o embolia cerebral
El trastorno depresivo parece aumentar el riesgo de ictus, tanto en hombres como en mujeres, especialmente en los afroamericanos. Un estudio, por ejemplo, detectó que los jóvenes afroamericanos adultos con síntomas depresivos tenían un gran riesgo de desarrollar hipertensión arterial, una causa importante de ictus.
Los jóvenes caucásicos, con depresión, tenían un gran riesgo de accidentes hipertensivos, pero no de hipertensión. Los investigadores especulan sobre si la depresión y el ictus pudieran tener unos patrones de desarrollo comunes.
Declive neurológico
En los ancianos, la depresión se asocia con un declive en las funciones mentales, independientemente de la presencia o no de demencia. Los escáneres cerebrales de adultos de edad avanzada observan una atrofia cerebral mayor en los deprimidos que en los no deprimidos.
Osteoporosis
Algunas investigaciones han relacionado la depresión pasada y actual con pérdida ósea en las mujeres. Una explicación sería que estas pacientes tienen niveles mayores de cortisol, una hormona del estrés que puede contribuir a la mayor pérdida ósea.
Aumento del dolor
En personas con enfermades crónicas, como la artritis reumatoidea, la depresión coincide con puntuaciones elevadas de dolor.
Cáncer de mama
Un estudio del año 2000 encontró una asociación entre la depresión previa y las tasas elevadas de cáncer de mama. Ambas enfermedades tienen que ver con los niveles de estrógenos, lo que podría sustentar la vinculación. Otros estudios posteriores cuestionaron la relación entre el cáncer de mama y los trastornos emocionales.
Efectos sobre la salud de los descendientes
Se ha encontrado que los hijos de padres depresivos corren un riesgo mucho mayor de problemas médicos (trastornos urinarios, migrañas, problemas respiratorios) y hospitalizaciones. Al contrario, los niños deprimidos cuyos padres no lo son, no tienen mayor riesgo de estos trastornos físicos.
Aumento del riesgo de adicciones
Las personas severamente deprimidas tienen un alto riesgo de alcoholismo, tabaquismo, y otras formas de adicción. Las mujeres embarazadas que beben pueden incrementar el riesgo de que sus hijos padezcan una futura enfermedad mental, al mismo tiempo que aumentan el peligro de dar a luz hijos con defectos físicos de nacimiento.
Consecuencias sobre el matrimonio
Casi la mitad de las personas que sufren trastornos psiquiátricos, antes o durante su primer matrimonio, se divorciaron. En tanto, el 36% de divorcios ocurren entre quienes nunca padecieron trastornos emocionales.
Efectos sobre el trabajo
En un estudio inglés, un 60% de directores de personal dijo que nunca contrataría para un cargo ejecutivo a alguien que hubiera sido previamente diagnosticado de depresión. Alrededor de una cuarta parte de estos profesionales creían que las personas que habían sufrido esta enfermedad no debían ni siquiera ejercer trabajos administrativos ni manuales. Esta fuerte predisposición contra los trastornos psiquiátricos es probablemente mayor en Inglaterra que en otros países, pero es indicativa de los prejuicios en muchas culturas que de forma errónea e injusta separan los problemas psicológicos de los físicos, cuando se trata de evaluar la capacidad.
Abuso de sustancias
Se estima que el 25% de las personas alcohólicas drogodependientes también sufren de depresión. Se confirmó en un estudio que las mujeres con depresión tienen 2.6 veces más probabilidades de beber en cantidad que las mujeres que no poseen esa historia previa.
Tabaco
La depresión es un factor conocido de riesgo de fumar y aumenta la posibilidad de empezar de joven.
Fuente:Casa Nuestra Señora del. Pilar (Centro de Salud Merntal) Argentina