Son aproximadamente las 8, 45 horas, tengo 10 ó 15 minutos de sobra. Circulo por el Paseo Camoes y se me ocurre parar el coche y dedicar esos minutos a pasear con la fresca de la mañana, así que dicho y hecho, estaciono tras superar a un vehículo que, sin pensar en los demás y mucho menos en cumplir las normas, ha estacionado en línea, en lugar de hacerlo en batería.

Bajo y me dirijo a un parquímetro, odiosos instrumentos de recaudación, a la vez que me parece oír algo a mis espaldas, no hago mucho caso y sigo mi camino, cuando oigo gritar a alguien “¡Quite el coche de ahí!” giro la cabeza, no entiendo nada, alguien dentro del vehículo mal aparcado me grita que quite el coche, ¿¡Será cretino!? Además de hacerlo mal, se atreve a darme órdenes.

El imperativo aumenta de volumen, repitiendo con malos modales la orden, veo que no es uno sino dos los ocupantes del vehículo mal estacionado, con rara vestimenta, como si llevaran puestos chalecos reflectantes, me acerco un poco observando con cautela a sus ocupantes, el acompañante del conductor insiste, con sus malos modales, emitiendo la orden de retirar mi coche, pero no se mueve, no intenta bajar, lo que me anima a acercarme un poco más.

La, cada vez más acalorada orden, le provoca un gesto ciertamente agresivo en la cara, me parece observar que no se trata de un chaleco, sino probablemente un uniforme de policía, aunque sigo sin tenerlo claro. Le indico que estoy bien estacionado y no veo razón para retirar mi coche, el me dice ser policía y repite la orden, ofuscada, grosera y sin respeto alguno hacia mi persona “¡Le he dicho que quite el coche de ahí! Por favor!” ahora añade el trato de favor cuyo tono anula radicalmente la petición de favor.

No es legal denunciar a sabiendas de que determinadas denuncias nunca serán tramitadas, por la condición del conductor o del vehículo, rompe el principio de igualdad, básico en el Estado de Derecho

A estas alturas de la película ya he podido apreciar que se trata de un vehículo con radar incorporado, uno de esos que se ponen donde más daño pueden hacer a los contribuyentes y menos ayuda ofrecen. Tal es la situación que le pido que se identifique como policía, no solo no lo hace sino que me exige que le diga la matrícula de mi coche (el no la puede ver) y le de mi carné de identidad. No lo hago sin saber su identificación, que en ningún momento me la enseña, posteriormente calma su tono y me dice que “únicamente le he pedido, por favor, que retire su coche por estorbar las funciones del radar que realizamos”

Tras discutir el trato ofensivo que me han dedicado, termino retirando el coche unos metros más adelante, al ir a pagar al parquímetro veo que no tengo dinero suelto, vuelvo al coche por si tuviera algo, no lo encuentro pero observo que ya se me hace tarde, decido irme sin mi paseo, buenos días y buena suerte.

Allí se queda el Citröen Picasso oscuro 9339DTG, con un maleducado dentro, aires de todopoderoso empiezan a regir a las policías españolas, que tanto les costó recuperar el respeto tras el franquismo, allí se queda disparando a los conductores impunemente, no importa la ilegalidad que ellos cometan, solo servir al “régimen”. Nunca sancionan a quien saben que no pagará, extranjeros, por ejemplo, solo a nacionales. Permítanme denunciar esta injusticia, POR FAVOR.