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El Papa Benedicto XVI defendió hoy la "inocencia de Dios" ante los males del mundo, pidió no buscar culpables sobrenaturales al dolor humano y negó que los sufrimientos sean "castigos divinos" contra personas pecadoras. Ante miles de personas convocadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano para seguir la oración dominical del Angelus, el pontífice aseguró que Dios es bueno y no puede desear el mal, así como tampoco castigar indiscriminadamente a los seres humanos. "Las desventuras, los eventos luctuosos, no deben suscitar en nosotros la curiosidad o la búsqueda de culpables, sino que deben representar ocasiones para reflexionar, para vencer la ilusión de poder vivir sin Dios y para reforzar el empeño por cambiar de vida", dijo. Agregó que "frente al pecado, Dios se revela lleno de misericordia y no deja de llamar a los pecadores a evitar el mal, a crecer en su amor y a ayudar al prójimo en necesidad". Por ello, ante los sufrimientos y lutos, la verdadera sabiduría es dejarse "interpelar" por la fragilidad de la propia existencia y leer la historia humana "con los ojos Dios", el cual quiere siempre y solamente el bien de sus hijos. Además el líder máximo de la Iglesia instó a todos los católicos a abandonar el egoísmo y la superficialidad para incrementar las obras de misericordia con quienes sufren durante la Cuaresma, periodo de ayuno y sacrificio antes de la Pascua.