La coronación del nuevo Rey de España, ha sido una demostración de la decadencia y deterioro del régimen surgido tras la muerte del dictador fascista Francisco Franco, tal como lo demuestra gráficamente, la escandalosa ausencia de algunos miembros de la propia corona.

En medio de rumores y escándalos morales, ecológicos y económicos, la monarquía se garantiza a si misma su continuidad, encarnada en la persona de Felipe de Borbón y Grecia, como intocable e inviolable personaje, por encima de los ciudadanos de los distintos pueblos del Estado español, rompiendo así la igualdad ante la Ley, a la que estan sometidos todos los ciudadanos, salvo el Rey.

Parece que tenemos que darle las gracias por no haber aparecido ni un solo cura, en los actos de su designación, por no haber visto un crucifijo o un símbolo religioso, pero se ha llegado a las Cortes, en el mismo Rolls Royce del sanguinario dictador, Francisco Franco, el que se levantó en armas contra la República española.

El Estado español, se encuentra sumido en una profunda crisis de valores, que ha generado un descontento generalizado de la población, concretado en su apoyo masivo a la izquierda, en  contra del bipartidismo, con un resultado evidente en las urnas y una movilización generalizada en las llamadas mareas, a las que se ha sumado la marea a favor de la República.

Hay que recordar que después de la Dictadura de Primo de Rivera, el conjunto de los partidos de entonces, entre los que se encontraba el PSOE, suscribieron el llamado Pacto de San Sebastián.

El socialista Indalecio Prieto, llamó entonces a la definición de su partido: "O se está con el Rey o se está contra el Rey".

Iniciado un debate interno, el PSOE y la UGT, llamaron a la Huelga General, definiéndose claramente a favor de la República.

El PSOE debe renovar su vocación republicana

Las elecciones municipales del 12 de Abril de 1.931 fueron el plebiscito que dio paso a la proclamación de la II República, como si de un referéndum se tratara y tan sólo dos días más tarde, el 14 de Abril cae la monarquía y se proclama la República.

El aviso a navegantes de los resultados de las elecciones europeas, tiene más que nerviosa a la oligarquía española y españolista.

El futuro del Estado español, se encuentra, en buena medida, en manos del PSOE, tal como sucediera después del Pacto de San Sebastián ( al que no acudieron los socialistas), en el año 1.931.

La compleja situación española, requiere de la apertura de un nuevo proceso constituyente y eso lo saben y lo han defendido, todas las fuerzas políticas.

La transición nacida con la Constitución 1.978, está agotada y ya no responde a la realidad del Estado español.

La corrupción generalizada de la llamada "casta política" en la que se engloba a la monarquía, requiere de profundos cambios, que den paso a un Nuevo Orden y un nuevo Contrato Social.

Uno de esos cambios, para por la celebración inmediata de un Referéndum, Monarquía República, que ha de contar necesariamente con el respaldo del PSOE.

Las bases de la socialdemocracia deben movilizarse para propiciar ese cambio, renovando a su cúpula dirigente, salpicada por la corrupción y la complicidad con el Partido Popular.

Las próximas elecciones municipales podrían ser una repetición de las de 1.931 y el que avisa no es traidor.

@ordosgonzalo

gonzalo alvarez garcía