Durante las últimas décadas,   la intención desenfrenada  por hacer dinero a toda costa,   ha inducido  a  la gente a idearse  todo tipo de comidas  rápidas  para  satisfacer   los gustos de las personas.

Los negocios de venta de hamburguesas,   hot dogs,   pizzas, burritos  y  muchas otras más,   pululan  alrededor de  todo el mundo.  Y,   lo más delicado aún,   radica  en  las bebidas acompañantes.

“Una  hamburguesa  con jugo natural no sabe a nada”,   es una de las expresiones más comunes  con  las que se quiere denotar  que las bebidas  gaseosas  y  las  azucaradas,    son   las  “más deliciosas”.

La  alimentación en la actualidad

Además  de la  “comida chatarra”  ya  aludida,   tenemos  otro inconveniente  alimentario  más serio  aún:  la industrialización  de los alimentos.

Hoy en día,   es  posible encontrar en el mercado  una enorme cantidad  y  variedad  de embutidos,   galletas,   chocolates,   pasteles,   conservas,   etc.,   con  toda una serie de preservantes,   conservantes  y colorantes  químicos.

Y,   ni qué decir de las grasas saturadas,   que  pululan por doquier.   Las carnes  grasosas  (tocineta  o  pollo  con piel,   por ejemplo),   los lácteos  enteros  (no descremados)  y  muchísimo más.

Para colmo de males  y  como si todo lo anterior fuese poca cosa,   el estilo  de vida sedentario  agrava  el problema aún más.

Ya permanecemos  ocho horas  (o más)  sentados  frente  a un  PC,   “porque ya es imposible trabajar  sin los recursos tecnológicos”.

Ahora,   para trasladarnos  seis  o  siete cuadras,   utilizamos  el coche,   el metro  o  el autobús, en vez de hacerlo caminando, porque  “es más rápido  y el tiempo escasea”.

Si bien es cierto que la cultura del  ejercicio  va adquiriendo   cada vez más auge,   el sedentarismo  es el denominador común, según lo considera la OMS  (Organización Mundial de la Salud).

Ante semejante panorama tan desolador,   solo  resta promover hasta el cansancio  el ejercicio  y  la alimentación sana.

Alimentacion sana para bajar de peso

Antes que cualquier consideración,   es preciso  reiterar  el principio  según el cual  no se debe suprimir ninguna  de las clases  (o grupos)  de alimentos.

Otra premisa fundamental,   consiste en la imperiosa necesidad de consumir más frutas  y  verduras.  Si bien algunos  las consideran algo monótonas,   es posible  prepararlas   de la manera más variada.

Es más que posible  aderezar las verduras  y hasta las frutas,   para que el hastío  no nos   haga  “morir en el intento”.

Sólo resta ser un poco recursivos  y  hacer  funcionar la imaginación,   para explorar   innumerables recetas  que nos hacen el menú  más  que  agradable, con frutas  y  verduras.

De otro lado pero en el mismo sentido, tenemos que es indispensable  disminuir el consumo de las grasas,   los azúcares  y los carbohidratos.

No se trata de suprimirlos,   dado que el organismo  las necesita,   pero  en su justa medida.  Resulta que las calorías provenientes de los azúcares  y  los hidratos de carbono,   se almacenan  como grasa  en el cuerpo.

Si no quemamos  esas grasas mediante el ejercicio  o  mediante  una alimentación balanceada,   será imposible adelgazar.

Ahora,   existen excelentes  “ayuditas”  como  lo  son  el ají,   las almendras,   el yogur griego,   la toronja,   la avena,   la canela,   etc.,   que son estupendos coadyuvantes  para quemar grasa.

Obsérvese que estamos  hablando de  coadyuvantes  de lo  más saludables, sin perder de vista,   eso sí,   que  los excesos en su consumo   generarán el efecto contrario.

Otra magnífica estrategia,   dentro de la  alimentacion sana para bajar de peso,    radica  en acudir  a  varios  “truquitos”  bastante   efectivos.

Comer verduras  o frutos secos  (excepto el maní y  el coco)  antes de las comidas,   hará  que  nos  sintamos  saciados  más  rápidamente.  Tomar  uno  o dos vasos con agua,   también  es efectivo.

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