Ahora, llegado agosto, nuestros políticos y banqueros ya están de vacaciones en un país que se encuentra inmerso en el desconcierto, la desinformación, la mentira y con una mayoría de personas entre miseria, desempleo y dolor. Desde 1978 votamos con la ilusión que, en teoría, representa la democracia y, sinceramente, no nos esperábamos esto. Creíamos que la libertad significaba otra cosa más beneficiosa para el bien común. No creíamos que la democracia era que los listos y el dinero se aprovecharían hasta la saciedad del débil que sólo sabe trabajar honradamente, además que pagar, callar y que le expriman.

Claro, los políticos que lo son ‘renunciando a otros cargos en empresas privadas donde se forrarían’, o al menos esa es su excusa fácil a la hora de dar explicaciones sobre sus desmesurados beneficios económicos y sociales, sólo quieren el bien común y lo quieren, incluso yendo de vacaciones a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho, como el mismo rey y familia, mientras la mayoría de los que les pagamos el sueldo, beneficios, jubilaciones vitalicias, sus fuerzas de seguridad y otros detalles que si se supieran del cierto muchos de los que todavía confían en ellos morirían de pena, seguimos creyéndonos muy listos. Somos tan listos, que seguimos creyendo que quien vive a costa nuestra amasando fortunas, nos van a solucionar todos los problemas mañana o pasado con frases al viento hasta que vuelvan a haber elecciones y los siguientes sigan con el mismo cuento, que para eso se hizo La Constitución cuando los españoles confiábamos en la democracia prometida, sin pararnos a leer ni uno sólo de sus artículos porque leer cansa mucho a la mayoría y es más fácil criticar al vecino o quejarse si llega el momento del precio del pan.

Tenemos la suerte, eso sí, de que los medios de comunicación del 2013 están cargados de sabios; de analistas que nos dirán la verdad siempre y luego también se irán de vacaciones y, alguno incluso, cenando en la misma mesa que el político al que critica delante de la cámara. Tenemos la suerte, que los medios de comunicación financiados, en su mayoría, por banqueros y políticos tienen en sus cargos de máxima responsabilidad a amigos de políticos y banqueros que bajan la cabeza cuando toca, y dicen lo dictado por quien manda y paga cuando se trata de cobrar un sueldo cada mes.

Tenemos la suerte, de tener en la cima del poder judicial a amigos de políticos y banqueros y a fiscales elegidos a dedo por políticos, que a su vez, son financiados por banqueros. O sea que, visto lo visto, tenemos tanta suerte que no sé de que nos quejamos. Seguro que de vicio, como decía uno que sabia del tema, que no se si era político o banquero pero seguro que listo sí era. Tanto como los políticos, banqueros y jueces, fiscales y directores de medios de comunicación etc que quieren seguir viviendo del cuento y el que no pueda que se joda.

Hay tanto listo, que me siento orgulloso de poder compartir esta época de la historia entre tanto espabilado que mañana o pasado, solucionará todos los problemas de una sociedad inmersa en el caos más absoluto, y lo hará, cuando vuelva de vacaciones.

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