Las citas son una aventura en el mejor de los casos. Durante esta época de Coronavirus, lo es aún más. Recientemente tuve una experiencia que no fue realmente una cita, pero aun así, soy mujer y él es hombre y me invitó a cenar. Quizás esa sea una cita, pero no había intención ni expectativa de romance. Llegó a recogerme, después de ducharse y ponerse ropa recién lavada, con mascarilla y guantes, procedí a rociar el interior de su camioneta con peróxido de hidrógeno. Yo también llevaba una máscara y guantes.

Fuimos a un restaurante que solo estaba usando una capacidad parcial y nos sentamos a una distancia segura el uno del otro. No fue hasta que se quitó la máscara para beber un poco de agua que descubrí cuánto de su barba había desaparecido. Pero esto es Florida en el verano, por lo que una barba dentro de una máscara puede ser muy caliente. Es un hombre guapo de todos modos, aunque me había gustado mucho su barba. Después de nuestra comida, las máscaras volvieron a ponerse instantáneamente.

Entonces, ¿y si no hubiera sido alguien a quien ya conocía? Otra cosa es intentar coquetear con la cara cubierta. Y simplemente tomarse de las manos no es tan tentador con las manos debidamente envueltas en guantes. Tampoco es particularmente cómodo con los brazos extendidos a la distancia de 6 pies no es particularmente social, y ciertamente no es tentadora de una manera romántica o sexual. ¿Quién pensó que un virus podría convertirse en un acompañante eficaz? El coronavirus es muy complicado. Aun así, el compañerismo cercano es una expresión humana básica de una mayor supervivencia, y encontraremos una manera de conectarnos. "Sea fiel a tu compañero sexual", escribió el Sr. L. Ronald Hubbard en El Camino a la Felicidad. Esto es cierto. www.elcamnioalafelicidad.com @waytohappinesstampa