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El madrileño gana en Verbier, distancia en minuto y medio a Armstrong y se enfunda el maillot amarillo tras un colosal ataque a cinco kilómetros de meta
Ya no hay duda posible. Contador es el jefe del Tour de Francia tras asestar un tremendo mazazo a la clasificación en la subida a Verbier, donde Armstrong sufrió un duro revés al entrar a más de minuto y medio del nuevo molinillo que gobierna la Grande Boucle, con denominación de origen en Pinto. Faltaban poco más de cinco kilómetros para la cima de Verbier y el infernal ritmo del Saxo Bank había desplazado al tren del Astaná de la cabeza del grupo principal, nada más engullir la valiente escapada de hombres como Astarloza, Fedrigo o Van den Broeck, y como remate a la labor de zapa ejecutada por el Liquigas en el vasto valle previo a la subida.
Caldo de cultivo ideal para el pistolero de Pinto, que echó la mirada atrás, levantado en el sillín, vio las caras de los favoritos y soltó un hachazo fulminante camino de la gloria. Armstrong miró a otro lado, sin perder la concentración en su ritmo. Con él se quedó Kloden y la rueda del alemán pasó a ser la referencia del americano, que apostó por subir a ritmo sin entrar al trapo de ninguno de los ataques secos. Por eso cuando Andy Schleck salió a por Contador, la estela del joven luxemburgués también pareció ajena al heptacampeón.
El pistolero de Pinto echó la mirada atrás, levantado en el sillín, vio las caras de los favoritos y soltó un hachazo fulminante camino de la gloria
Por delante, subiendo sentado, manos en el centro del manillar, al más puro estilo Perico, Contador empezó a cobrar las primeras distancias. Pronto tomó medio minuto a Armstrong, aunque su mayor oponente, el pequeño de los Schleck, aguantó a 15 segundos el arreón inicial, como pareciendo anunciar el primer episodio de un duelo que será recurrente en el futuro. De momento hay evidentes diferencias en favor del español, cuyo estilo parece a salvo de altibajos.
Contador mantuvo el ritmo y afrontó con gran energía el brutal repecho final, tras el que pudo disparar su pistola en señal de triunfo. Etapa y maillot amarillo, una prenda que en su victorioso Tour de 2007 le llegó por la retirada de Rassmussen y que en éste le acredita sin paliativos como el mejor. Quedan casi todos los Alpes, el Mont Ventoux, la crono...Pero la superioridad de Contador y el potencial de su equipo, que ya no puede esconderse tras la hipotética candidatura de un Armstrong claramente inferior en montaña, avalan el triunfo de hoy de Contador como un golpe mortal al Tour de Francia