Miles de fieles zacatecanos se congregaron este día en las Lomas de Bracho para asistir a la misa con la que la diócesis de Zacatecas celebró la beatificación del Papa Juan Pablo II. El evento estuvo encabezado por el obispo Carlos Romero Cabrero, al cual asistió el gobernador Miguel Alonso Reyes. Desde las 9:00 horas, la feligresía comenzó a arribar a las Lomas de Bracho, ubicadas a las afueras de esta capital, sitio donde el Santo Padre ofició una misa el 12 de mayo de 1990 y donde actualmente hay una estatua de él y a sus pies un minero y una campesina; además, ahí está el árbol que plantó y que la nevada de 1997 no pudo secar. Cerca de tres mil personas, a quienes no les importaron los intensos rayos de sol ni el sofocante calor, que por momentos se veía disminuido por ocasionales ráfagas de viento, participaron en la celebración eucarística. El obispo Carlos Romero ofició la misa concelebrada, en cuyo mensaje convocó al pueblo zacatecano a trabajar por la paz y abrir sus corazones a Cristo, porque sólo de esa manera se podrá cambiar a Zacatecas y el mundo. Como parte de este hecho histórico para la Iglesia católica local, el obispo bendijo una fotografía de Juan Pablo II, enmarcada en un cuadro dorado, y la cual será colocada en la Catedral de Zacatecas, para que el pueblo pueda acercarse a él y venerarlo. El gobernador Miguel Alonso Reyes llegó a la celebración unos minutos antes de que comenzara y saludó a los ahí reunidos; luego, se sentó en una de las sillas de enfrente y en momento de la eucaristía fue el primero en comulgar. Al concluir la celebración, sin dar entrevistas, se retiró inmediatamente del lugar. La gran ausencia en esta celebración fue la de José Herón Badillo, el “niño milagro”, originario de Río Grande, quien supuestamente fue curado de cáncer de sangre por Juan Pablo II, en su primera visita a Zacatecas, el 12 de mayo 1990. En el 2000, la iglesia local festejó los 10 años de la visita del Papa a esta tierra y en aquella ocasión el ahora joven sí asistió y participó con una lectura, confirmó el padre Humberto Salinas. Una larga fila se realizó por los feligreses para acercarse a tocar y besar el cuadro bendito del Papa, mientras religiosas regalaban a los asistentes postales con la imagen de él en la misa de 1990 y en la parte de atrás se lee la Oración al Beato Juan Pablo II. La fiesta de hoy en las tradicionales Lomas de Bracho, donde cada años se escenifica la batalla de los moros y cristianos, se vio caracterizada por un ambiente de alegría por parte de adultos, jóvenes, niños y ancianos que hicieron acto de presencia en el lugar.