Todas las trabas que ponen a los entendidos para ejercer la medicina, la mala información que hay, las contradicciones que tienen los supuestos "expertos" sumando la incompetencia política hacen que la peste se extienda por el mundo y que nadie sepa que medidas tomar, ni como curar, y mucho menos como prevenirse.

A todo esto se suma la estupidez política, en Argentina por ejemplo; ya estamos cerca de los cien días de cuarentena, el presidente culpa a la gente que salió a correr con autorización en la ciudad, de los contagios que se aumentan en el conurbano. Una locura. Corren en un lugar y el contagio es en otro. 

Algunas provincias por un caso retroceden a la fase uno de la cuarentena, y en otra por diez nuevos contagios.

Un infectologo consejero del presidente dice que se debe dejar circular a la gente, y que incluso los jóvenes que son sin riegos deberían contagiarse para obtener el famoso suero, y es más, "correrse un poquito el barbijo para contagiarse". Hacerlo con disimulo.

Ahora yo digo, y casi no puedo escribir de la risa, ¿Correrse un cachito el barbijo para contagiarse? ¿Acaso no era que la función del "barbijo" no es para no contagiarse, sino para no contagiar?

Y eso que es la mañana y estoy tomando mate y no whisky, y que el virus casi toca a mi puerta. Suponiendo que el jugo de limón caliente que tomo cada mañana me protegerá un tanto de un posible contagio, porque de no ser así, estaría para revolcarme por el piso de la risa.

Las cosas que se dicen por acá les aseguro que distan un centímetro de la ridiculez. El otro día escuchaba a un experto en economía, pero resulta que de pronto en un reportaje televisivo se convirtió en experto en política, tecnología y peor aún epidemiología, por Dios, no se si las cámaras le trastornaron las neuronas, pero aseguró que este virus va a durar hasta el 2023.

Nadie sabe quien es, ni como es, que hace y que no hace, como actúa, ni como se puede evitar. Pero todos aseguran. -Va a durar.

Algunos expertos que si saben, dijeron que este virus se va mutando hasta que desaparece. Pero hablar de que puede desaparecer es un pecado capital digno de ser arrojado a la hoguera. La inquisición hoy día ya no es conducida por algún papa fanático, sino por la burocracia de la medicina mundial, y no por fanatismo sino por el sucio y maldito di ne ro..!

Carlos Polleé