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El Papa Benedicto XVI condenó hoy un atentado con bomba que causó al menos cinco muertos y unos 35 heridos en la iglesia católica de la Inmaculada Concepción de Cotabato, al sur de Filipinas. Durante el rezo del Angelus, ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice mostró su indignación por ese "deplorable gesto". "Expreso mi profunda condena por el atentado cumplido en Filipinas, donde la explosión de una bomba ante la catedral durante la celebración de la misa del domingo ha causado algunos muertos y numerosos heridos, entre los cuales mujeres y niños", dijo. En italiano aseguró que reza a Dios por las víctimas y elevó su voz para condenar el recurso de la violencia que, dijo, no constituye jamás un camino digno a la solución de los problemas. En su mensaje el obispo de Roma recordó la tragedia de Viareggio, en la región de la Toscana (centro de Italia), donde la madrugada del lunes explotó un tren cisterna lleno de gas dejando un saldo de 19 muertos. El Papa se unió al dolor de cuantos perdieron a sus seres queridos, han quedado heridos y han sufrido daños materiales graves. "Mientras elevo mi ferviente oración a Dios por todas las personas involucradas en la tragedia, auguro que incidentes similares no se repitan y sea garantizada a todos la seguridad en el trabajo o en la vida cotidiana", apuntó. "Quiera Dios –agregó- recibir en su paz a los difuntos, conceder el pronto restablecimiento de los heridos e infundir conforto interior a cuantos han sido tocados en sus afectos más queridos".