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El presidente brasileño Luiz Inácio Lula concluyó hoy una visita oficial a China, donde suscribió diversos acuerdos de cooperación, aunque sin concretar un compromiso para sustituir al dólar en el comercio internacional. Durante su estancia, Lula se reunió en dos ocasiones con el presidente Hu Jintao y firmó 13 acuerdos bilaterales en diversas áreas como energética, financiera, científica, espacial, agrícola y jurídica. En materia petrolera –en la que China tiene gran interés- se concretó un acuerdo entre la compañía brasileña Petrobras y la china Sinopec para aumentar el suministro de crudo de Brasil a 150 mil barriles el primer año y a 200 mil a partir del segundo. Lula obtuvo además un crédito por 10 mil millones de dólares del China Development Bank para que Petrobras pueda comprar bienes y servicios a este país, así como otro por 800 millones para el Banco Nacional para el Desarrollo Social y Económico (BNDES). China se ha convertido en un socio primordial para Brasil, después de que el país asiático se convirtiera en su primer socio comercial –desbancando a Estados Unidos- desde abril pasado y las ventas al gigante asiático se dispararan. Las exportaciones brasileñas en lo que va de 2009 –impulsadas por la soja y el hierro- aumentaron 64.7 por ciento, hasta totalizar cinco mil 600 millones de dólares, mientras que las importaciones de productos chinos cayeron 17.2 por ciento hasta cuatro mil 60 millones. La balanza comercial bilateral alcanzó los 36 mil 440 millones de dólares el año pasado, un aumento de 55.9 por ciento respecto a 2007. Sin embargo, el presidente brasileño no logró obtener un compromiso firme en una de sus grandes apuestas: la sustitución del dólar como moneda de pago en el comercio internacional. China había expresado su interés en crear una moneda supranacional que sustituya al dólar con el fin de reducir riesgos y dependencia de la divisa estadunidense, pero Pekín se mostró prudente y se limitó a aceptar que los dos países estudien nuevas vías. "Propuse a Hu que hiciéramos una reunión entre nuestros bancos centrales para comerciar en nuestras monedas. Pero todo eso lleva tiempo", admitió Lula, quien tras su visita a China partió este miércoles con destino a Turquía.