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El concepto de modernidad
El objeto de este primer comentario tiene que ver con la necesidad de mirar holísticamente la "era moderna" con el objeto de no dejar la carga teórica exclusivamente a la sociología o antropológica para un fenómeno que debe ser seguido desde otras disciplinas incluso la pedagogía.
En este sentido hablar de los Hechos Sociales en el contexto de la Modernidad implica comprender también las fuerzas políticas, económicas y culturales que se constituyen en un todo al hablar de las sociedades humanas.
Para hacer más específica la ruta de este comentario se toman como coordenadas de desarrollo algunas categorías trabajadas en el Desarrollo de los contenidos fuertes de la Investigación Histórico-social.
La primera categoría tiene que ver con el Concepto de Modernidad y su diferencia a la Era Moderna planteada en los textos de educación básica.
Aunque la modernidad como concepto cultural se imbrica profundamente con la era moderna, No todo el periodo a que se hace referencia corresponde a la era histórica. En esencia hoy día entre los historiadores del todo el mundo se discute entorno a la periodización de la era moderna ubicándola en su mayoría y por consenso entre los siglos XVI y XVIII. Los rasgos característicos de la modernidad occidental son en general los que tienen que ver con la ruptura de la estructura medieval y el advenimiento de nuevos paradigmas económicos, políticos, sociales y lógicamente culturales.
La modernidad desde el punto de vista histórico debe entenderse desde las nuevas configuraciones de orden político y social que se hacen distintivas e una Europa constituida por diferentes pueblos y culturas. Por la misma razón hablar de la modernidad en las fuerzas sociales implica tener presente las formas de nuevo orden que se estaban gestando y que muchas se consolidaron en la era contemporánea. Por lo tanto se debe considerar en este aspecto, que las revoluciones son referentes de los movimientos sociales y se dan cuando el concepto de modernidad ha evolucionado y desde donde se plasman otras condiciones en la organización política y social de Europa.
Se insiste en este sentido debido a que en América desde los Estados Unidos hasta el cono sur el concepto de modernidad posiblemente no se ha trabajado en un sentido apropiado a los procesos que se han vivido en estos países y desde donde se ameritaría una ampliación de la retaguardia cultural e histórica para dar piso a las condiciones que sirvieron de caldo de cultivo para los movimientos en este continente.
Por lo tanto hablar de la historia de las problemáticas sociales dentro de la modernidad Contemporánea se enmarca dentro de una acepción de modernidad en lo Contemporáneo dada por la prolongación de hábitos y circunstancias del pasado humanista y del renacimiento, que como es lógico, echó raíces en América latina como herencia de un legado de aquella etapa de la historia de la humanidad.
Hoy día el gran debate en torno al concepto de Modernidad se hace má s complejo por el papel que juegan los medios de comunicación en la vida cotidiana. Entonces hablar de la Internet y de otras tecnologías en la comunicación permite a la sociedad sentirse en la modernidad precisamente por que es virtud de la vanguardia cultural hacerlo.
   No solo se debe prestar atención a esta situación discursiva sino a la ubicación temporal de ciertos hechos que se mencionan en la historia nacional. Así las revoluciones entre ellas la Francesa, se debe ubicar en la contemporaneidad histórica y todos los procesos de cambio que se presentan como referentes para los movimientos sociales se deben especificar como correspondientes a esta etapa en Europa.
Por último como periodo coyuntural La modernidad de los países desarrollados en Europa e incluso en Estados Unidos no aplica para América latina en los términos que define la categoría como tal.   Los comentarios siguientes tienen que ver con la misma raíz de origen ya que la modernidad dio el peso argumentativo al soporte histórico social y debido a ellos es necesario reflexionar en torno a la acción social, la acción comunicación y otras categorías que están inmersas en los procesos sociales y que tienen un peso relativo muy importante en la comprensión de la realidad.
Asumir los universales de revolución, acción social y problemáticas sociales para ser aplicados en America Latina necesariamente tienen que construirse desde la óptica de la adaptación de los contextos que se quieren comprender. Es importante resaltar que las situación de desarrollo económico de nuestros países, visiblemente diferente a Europa gestan como es natural, formas de adaptación a las circunstancias políticas y sociales que van de la mano con el primero. Por lo mismo la gesta de nuevos movimientos sociales aunque similar a la situación europea no se equipara en las formas y alcances de los mismos. En otras palabras los procesos de cambio vividos en Europa y Estados Unidos durante los siglos XVIII, XIX y XX se gestaron por sus condiciones históricas y culturales propias. Para AL y en particular Colombia se ha adaptado el modelo de la modernidad en torno a los movimientos sociales, por la misma razón hablar de acción comunicación merece un capitulo aparte, para retratar la situación que se vive en diversos ambitos del conocimiento.
Otro elemento muy fuerte es el de la Identidad , en este caso y aun mas referido a la modernidad europea, se hace muy claro que el termino en relación a los tópicos culturales e históricos que definirán las formas de acción de los movimientos gestados luego de la revolución francesa se comprenden a la luz de estos acontecimientos.
En el caso surgen varios interrogantes que pueden ser objeto de investigaciones de tipo histórico - social:
¿Se puede hablar de identidad colectiva para los movimientos sociales en Colombia y America latina en el Contexto Latinoamericano? Mas aún ¿se puede hablar de identidad cultural en especial en Colombia? Este aspecto la categoría como tal tiene muchas aristas que deben someterse al debate por el alto grado de influencia que han tenido en estos países los modelos europeos y el campo de lo mediático en las llamadas hibridaciones culturales.
Para el caso Colombiano se debe atender su particular y tardía consolidación como Estado Nación, en donde los referentes de identidad política y cultural han sufrido fracturas continuas que no han permitido consolidar procesos de identidad nacional.. Por lo tanto hablar de la identidad como una condición para consolidar Movimientos sociales en Colombia pierde fuerza teórica y practica frente a las múltiples contradicciones a que se ve enfrentado el país día a día.
Elizabeth Plazas
Abril de 2009