La lealtad y la tolerancia son de esos valores imprescindibles a desarrollar en nuestros políticos, en los medios y, sobre todo, en nosotros mismos. Porque el mundo sería un lugar mejor si hubiera más tolerancia con el diferente, con el de otro parecer, con el de otra ideología, con el que habla otro idioma, con el que piensa distinto o con el que tiene capacidades diferentes a las nuestras. Y la lealtad a España da comienzo respetando la voluntad de las urnas.

Pero vemos que a día de hoy esto no es aún posible, nos queda mucho camino por andar. Por regla general, la tolerancia muere donde no hay educación, y entonces nace el miedo, porque éste, muy utilizado por ciertos sectores, no deja aceptar aquello que no se entiende, aquello que es diferente, y como es distinto a lo que se desea, mejor decir que es malo. Y esto es simplemente rechazo, crítica, ataque y mezquindad. Por su parte, la lealtad termina cuando el egoísmo ciega cualquier otra visión que no sea la de llenar los propios bolsillos.

¿Por qué digo esto? Porque como introducción viene muy al paso de lo que quiero hablar. Ya que el sector más conservador y lucrado del PSOE, con el bien cebado y harto de bollos de González junto a otros barones regionales hipócritas como Page, o elementos de escaso intelecto como Leguina y ex-dirigentes prehístóricos como Rodriguez Ibarra, están en contra de que Sánchez pacte con Podemos y se apoye para su investidura en algunos partidos nacionalistas. Curioso por otra parte, cuando este tripazas pactó en su día con el PNV o la antigua Convergencia del ladronzuelo de Pujol; Page que ha gobernado en Castila-La mancha con Podemos; y Leguina con IU cuando fue presidente de la Comunidad de Madrid. Pero claro una cosa son ellos y otra muy distinta los demás. Entonces se trataba de llenar sus tripas y ahora sólo se trata de las del resto del país. ¡Qué hipocresía! ¡Qué falta de educación, altura de miras y cuánto egoísmo! ¡Qué sinvergüenzas! Lo que para ellos fue necesario, ahora es un caos, es comunismo o es amparo a los nacionalismos. ¿Acaso a ellos les salió gratis?

El compromiso implica respeto, empatía y solidaridad

Entiendo y hasta veo lógico que la derecha entienda esto como una aberración, igual que los progresistas vemos aberrante un pacto del PP y Cs con Vox, pero que esos que se autodefinen socialdemócratas o de izquierdas aboguen por un pacto de Estado entre PSOE, PP y el fantasma de Cs, es cuando menos de risa. Aunque a mí me enfurezca más que producirme hilaridad. La coherencia que estos pordioseros del intelecto deberían manifestar, es la de aceptar y abrazar la firma de ese preacuerdo que asegura una España progresista, y apreciar la posibilidad de mejora, y no infundir miedo en la ciudadanía. Pero, claro, si hicieran esto, serían inteligentes, más tolerantes, más consecuentes y juiciosos, y más humanos de lo que son en verdad. Sin embargo, estos títeres del Ibex, sólo son esponjas dispuestas a absorber recompensas y gratificaciones de esas élites asustadas que ahora tiemblan ante la amenaza de que la clase trabajadora experimente un crecimiento tan necesario como urgente. Eso sí, amenazan con dejar el partido, pero no lo hacen.

Todo en este aprendiz de país es diversidad, el problema es que la mayoría no sabe verlo, ni apreciar la riqueza que esto conlleva. Sólo tenemos que abrir los ojos, esperar, confiar, y aceptar que hoy España es un lugar mejor para todos. Y si no, hagamos un poco de memoria, no encontraremos en los últimos años mucho de lo que sentirnos satisfechos y escuchados o representados por parte de los políticos y su manera de hacer política, sobre todo social. Es el momento, seamos pacientes, que PSOE y Unidas Podemos consigan un gobierno de coalición con el que trabajar la próxima legislatura es una noticia esperanzadora, y si no funciona, dentro de cuatro años siempre se puede cambiar. Otros han tenido ya su oportunidad y aquí nunca se ha movido nada.