La fisonomía urbanística y la estructura social de las ciudades ha cambiado considerablemente desde el inicio del siglo. En los últimos veinticinco años se ha acelerado en todo el mundo el proceso de concentración de población en grandes metrópolis que no pueden ser consideradas como meras ciudades en el sentido del término.

Así, nos encontramos en vez de un orden basado en estados nacionales, en que se está desarrollando un archipiélago de ciudades-regiones de elevada capacidad tecnológica con una influencia absolutamente determinante en la escena mundial. Estamos hablando de enormes aglomeraciones de personas en espacios físicos, denominados ciudades, que ya no poseen ninguna estructura centralizada ni conectada, pero que están intensamente interconectadas en un complejo poliedro que constituye la vida metropolitana de este inicio de milenio.

Son estas nuevas “ciudades” (Megalopis) las que se están convirtiendo en selvas descentradas (es decir, que no tienen un único punto central e histórico de poder) donde los edificios son, a menudo una simple yuxtaposición de servicios alojados en construcciones que están amontonadas unas sobre las otras sin otro orden que aquel dictado por la sucesivas exigencias.

Por ello, esta exposición trata de provocar la reflexión sobre estos cambios trascendentales a través de aspectos tales como la tipología, el nomadismo, la interconexión y la globalización.