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Los checos y los irlandeses votaban el viernes en las elecciones europeas, unos comicios que deberían ser favorables a los partidos euroescépticos, pese al fracaso sufrido el jueves por la ultraderecha en Holanda.
El holandés Geert Wilders no logró movilizar a sus partidarios el jueves durante las elecciones europeas en Holanda, donde los sondeos apuntan a un duro revés para su euroescéptica formación, el Partido de la Libertad (PVV).
Según un sondeo de IPSOS realizado a pie de urna y hecho público por la televisión pública holandesa NOS, el PVV obtendría un 12, 2% de los votos (3 escaños), contra el 17% hace cinco años (5 escaños).
Los primeros resultados oficiales de esta elección europea, que se extiende sobre cuatro días en los 28 países de la Unión, serán comunicados el domingo en la noche, cuando cierren los últimos colegios electorales.
El ultraderechista Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) registró un fuerte repunte en las elecciones locales en Inglaterra e Irlanda del Norte en detrimento de los partidos tradicionales, según el escrutinio de un tercio de los votos.
Nigel Farage, líder del UKIP, estimó que el resultado era "un buen augurio" de cara a las elecciones legislativas europeas, que se celebraron al mismo tiempo y cuyos resultados se conocerán el domingo, cuando hayan votado todos los países de la Unión Europea.
Los liberales, socios de los conservadores en el gobierno de coalición del primer ministro, David Cameron, se anuncian como los grandes perdedores de estos comicios locales, donde la tasa de participación fue de apenas 36%.
El avance de los euroescépticos también es temido en Francia (74 eurodiputados) donde el Frente Nacional sigue en primer lugar en las intenciones de votación (con 23%), según un sondeo publicado el jueves.
En Irlanda (11 eurodiputados) la votación se produce cinco meses después de la salida de ese país de un programa de rescate financiero apadrinado por la UE y el FMI.
"Parece que fuese Europa la que ha empujado a la austeridad, pero pienso que un poco de crédito debe ir también al gobierno por los cambios de los últimos años", declaró Noel, de 23 años, en una oficina de votación en Milltown, en la periferia sur de Dublín.
"Dicho esto, algunas veces parece haber una real separación entre Irlanda y Europa", dijo a la AFP.
- Los proeuropeos en buen lugar -
En Europa central y oriental, los checos comenzaron a votar a las 12H00 GMT y serán seguidos el sábado por los eslovacos y los letones. En los otros países de la región, que con unos 100 millones de habitantes envian en total 199 diputados al Parlamento europeo, las elecciones tendrán lugar el domingo.
Los proeuropeos deberían figurar en una buena posición en República Checa, percibida durante mucho tiempo como el más euroescéptico de la región. El partido ANO (centrista populista) su aliado social-demócrata CSSD en la coalición en el poder y el TOP 09 (oposición de derecha) son dados como favoritos.
"El discurso euroscéptico de Vaclav Klaus (presidente 2003-2013) y del partido de derecha ODS actualmente en la oposición, se ha volatilizado ya", estima el politólogo Jiri Pehe, interrogado por la AFP.
Pehe considera que será el Partido Comunista KSCM el que recogerá, además de los votos de la ultraizquierda, también los de los nacionalistas moderados.
"Yo era muy crítica con el antiguo régimen, mi padre estuvo incluso preso cuando yo era una niña, pero en los últimos tiempos he votado por los comunistas", declaró a la AFP Marie Safarova, una pensionada de 65 años, en Trebon (sudoeste).
- Temen escasa participación -
En esta zona, que ha aprovechado ampliamente su adhesión a la UE, y a la que la crisis ucraniana ha consolidado en esa vía, la abstension debería ser no obstante muy importante, así como en Europa occidental.
Pero según los sondeos, los electores de la mayoría de los países del Este, para quienes la pertenencia a la UE y a la OTAN, constituye una garantía para su seguridad, deberían salirle al paso al euroescepticismo palpable en el oeste del continenente,
La reciente absorción de la península de Crimea por Rusia y el potencial militar acantonado entre Polonia y Lituania, son una fuente de inquietud en una buena parte de esta región, situada en las fronteras orientales de la UE, y dominada hace apenas un cuarto de siglo por la ex URSS.
Hungría es el único país de la región que aguarda un éxito de los euroescépticos. El partido ultranacionalista Jobbik, segunda fuerza política húngara, aparece con un 17% de las intenciones de voto.