Este jueves, se estrenó CHE CHE K-NAL, la obra escrita y dirigida por Néstor Amarilla, que suscitó polémicas hasta pocos minutos antes de alzar el telón y que lo baja con un final que alimentará la controversia. Naturalmente, una sátira sobre la TV, no puede dejar de incomodar a alguna gente de industria televisiva y a otros del teatro, muchos de los cuales aún están desconcertados, porque en estos nuevos tiempos, comparten espacio con personas de otras áreas del espectáculo. Por eso se comprende, que la Señora Blanca Navarro, se haya dado cuenta ahora, de que no le gustaba trabajar con Amarilla, habiendo aceptado el papel, meses después de haber sido su primera actriz en FECHA FELIZ, ocasión en la que no se quejó de las escasas cualidades del director-autor, a quien hoy desacredita.

Dejaremos a los críticos de teatro, lo que les corresponde en términos de hablar de las actuaciones, guión, calidad de la puesta en escena y dirección. Por lo demás, lo narrado es digno de verse por lo atrevido del argumento, que trae al tapete aspectos escondidos para el televidente mostrando una caricatura de la verdad. Desde el camarógrafo con una cámara casera, pasando por la media agujereada de alguna bailarina, el audio por momentos defectuoso, la copa que reiteradamente aparece vacía, hasta los visos de improvisación, todo exagera las vivencias de un canal precario. El resultado hubiera sido más rico, si se apelaba menos a la burla frontal y más a la ironía. Faltó mordacidad y sobró realismo.

Por otra parte, no nos podemos desentender del hecho de que los vinculados a la TV reconocíamos a los que inspiraron los personajes. El apócope del nombre del cachique es Al...y ni era necesaria tanta obviedad para el que lo ha tenido enfrente, el argentino, la conductora de chismes, la productora. Fue interesante tratar de establecer la parodia más lograda, sin duda la del argentino, que se llevará de su cargo la satisfacción de haber sido imitado en teatro, igualito que los famosos de su país en Gran Cuñado.

Susi, es muy Susi. Alicia González interpreta la vacuidad de la conductora que dice lo que hay que decir frente al público y no termina de salir de su papel al apagarse las luces, una gran cantante, resignada a presentar a otros como estrellas de un show cotidiano que la agota. Simone, es la principiante dispuesta a todo, que bajo su aparente estupidez sabe donde tiene que pisar para triunfar y lo hace sin vacilar, persiguiendo su meta. Moraima, encarna a Merche, una productora, y vale la pena detenerse en este rol, el que más oportunidades de lucimiento tuvo, desnudo total aparte. Moraima Quintana sorprende con y sin ropa. En lo primero, con un interesante monólogo borracha, en lo segundo, con la perfección de su cuerpo que termina exhibiéndose tal cual Dios lo trajo al mundo. Cabe decir que también Simone, se saca todo. Los seguidores de los chistes de Mario Ferreiro, estarán de parabienes, el público los disfrutó bastante.

El final, es impactante. Se basa en un rumor recurrente en el mercado. El cachique mintió y no compró el canal con la plata yvy guy que era digamos...un hoax, un bulo. Llega a tomar posesión el verdadero dueño, remedado con acento mexicano...su nombre es Ángel.

Foto: WEB DE CHE CHE K-NAL

Tapa del jueves:TIA: DOCENCIA EN ARTES ESCÉNICAS Y AUDIOVISUALES