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Uno de los proyectos más ambiciosos de esta administración estatal es el Centro de Convenciones Metropolitano, cuya construcción en ciernes detonará actividades turísticas y comerciales de la región. Este centro, considerado clave para la atracción de recursos, forma parte de una serie de proyectos de obra ya terminadas y en proceso, en las cuales se ha realizado una inversión global de 223 millones de pesos. Aunque aún está en etapa de cimentación, la construcción de sus muros e instalaciones, así como la cubierta acústica, el vestíbulo principal, la vialidad exterior y los cuartos de máquinas, ya existen planes para su impulso en la región. La obra ha sido ampliamente aceptada por los propietarios del Ejido Mazatlán, en Playas de Rosarito, lugar donde se encuentra asentado el proyecto, el cual también recibe el impulso de los gobiernos federal, estatal y municipal. El subsecretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano del estado, Sergio Eduardo Montes Montoya, dio a conocer que sin embargo, todavía se encuentran en proceso de licitación las obras concernientes a la plaza de acceso y vialidad. El funcionario mencionó que se construye el colector para brindar servicio a la edificación, además de que se avanza en las redes de infraestructura y se llevan a cabo los proyectos para instalar agua potable, electricidad y telefonía. El Centro de Convenciones, reiteró, es una obra impulsada por el Ejecutivo estatal, en la que se basan algunos de los planes para detonar la economía regional, pues permitirá alojar eventos regionales, nacionales e internacionales. Dicho centro situará a la región como una opción competitiva más para la consecución de convenciones y congresos de todo tipo, espacio a través del cual se prevé la creación también empleos directos e indirectos. Directivos de uno de los organismos impulsores, el Centro de Desarrollo Económico de Tijuana (CDT), han considerado al futuro Centro de Convenciones Metropolitano como un elemento de identidad y orgullo bajacaliforniano. También se ha considerado que la ubicación geográfica y la dinámica económica de esta región que incluye Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, permitirá una demanda potencial de convenciones y exposiciones para atraer visitantes. Este turismo de negocios, además de beneficiar a la infraestructura hotelera y restaurantera, será oportunidad para empresas locales de servicios, con una aceptable derrama generada por el gasto promedio del visitante. Al constituirse como una base de desarrollo inmobiliario y elemento impulsor de económico, también se podrá aprovechar su plusvalía para la creación de nuevos espacios para el comercio, hoteles, restaurantes, oficinas, bancos y viviendas.