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Israelíes y palestinos reaccionaron con cautela y satisfacción al histórico discurso del presidente estadunidense Barack Obama, pronunciado hoy en la Universidad de El Cairo. Como es normal, una alocución tan compleja e histórica está cosechando múltiples reacciones de las partes. Los dirigentes israelíes y palestinos eligen los pasajes que más le benefician, ocultando las exigencias que menos les "apetecía" escuchar. Por ejemplo, en Jerusalén prefieren enfatizar "la importancia sin precedentes" que ante una audiencia musulmana y árabe tan masiva, Obama condene a los que niegan que Israel tenga derecho a existir o afirman que el Holocausto sufrido por los judíos, no existió. Los palestinos, por su parte, destacan el recuerdo de Obama "al intolerable sufrimiento palestino" o su exigencia a Israel para que frene la construcción en las colonias en Cisjordania y acepte la solución de dos Estados para dos pueblos. Tras varias reuniones y consultas, el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu celebró en un comunicado el impulso de paz de Obama. "Expresamos nuestra esperanza que el discurso nos lleve a una nueva era de reconciliación y paz entre Israel y el mundo árabe", dijo. "Compartimos la esperanza del presidente Obama y esperamos que el esfuerzo estadunidense implique la apertura de una fase nueva, el fin del conflicto y el reconocimiento de Israel como Estado del pueblo judío", añade el comunicado. El ala más derechista del Parlamento criticó duramente el discurso e incluso algunos ministros del partido nacionalista "Casa Judía" han advertido: "No cederemos a las exigencias de Obama. Somos un Estado soberano". "Fue un discurso donde Hussein Obama se ha impuesto a Barack Obama. Ha cedido a la propaganda árabe y su exigencia de desmantelar colonias judías de Judea y Samaria (Cisjordania), daña la seguridad de Israel", afirmó el líder del Consejo de Colonos, Danny Dayan. El máximo representante de las colonias, que según Obama "son un obstáculo para la paz y la creación de un Estado palestino", pide a Netanyahu "ser fuerte y no ceder a las imposiciones peligrosas de Obama". Un sector muy reducido y extremista de la derecha inició este jueves una agresiva campaña contra Obama y en una manifestación de 200 militantes ultraderechsitas se observaron carteles con la imagen del jefe de la Casa Blanca tocado con la famosa kefia palestina. En la demostración, Baruj Marzel exclamó: "Obama no tiene ningún respeto por la democracia de Israel y no puede imponernos cosas. Ha roto todas las reglas y aun no se ha enterado que Israel no es el Estado 51 de su nación". El discurso de Obama, por otra parte, fue recibido con satisfacción por el liderazgo palestino. Nabil Abu Rudeina, portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), destacó que se trata de "un buen inicio de la nueva política de Estados Unidos". La exigencia de Obama de frenar la colonización en Cisjordania y apoyar la creación de un Estado palestino es "un mensaje importante que Israel debe entender y aceptar", puntualizó. El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) -que controla en solitario la Franja de Gaza- elogió "el diferente y nuevo tono del discurso". El portavoz del grupo Fawzy Barhum comentó que "las palabras de Obama suponen un cambio respecto al discurso de George W.Bush. Pero creo que es un acto solo de diplomacia y relaciones públicas para mejorar la imagen de Estados Unidos". Hamas rechaza la exigencia de Obama de "reconocer el derecho de existencia del Estado de Israel", indicó. Los palestinos aplauden el discurso, elogian a Obama, agradecen su acercamiento al Islam pero también le piden "hechos concretos".