Cataluña no quiere el Partido Popular de Mariano Rajoy. Mira a la derecha y encuentra una nueva marca sin pasado y con futuro que se llama Ciudadanos. También encuentra una mujer joven e ilusionada que ilusiona al votante del centro-derecha como una Juana de Arco surgida en el abismo del desastre. No les hace falta un García Albiol que representa ese artículo 154 que les aplica el Presidente Rajoy desde un Madrid que no los entiende.

El PP pasa de 11 diputados a sólo 3 diputados. Si se descuidan no entran en el Parlamet catalán. Aún pueden consolarse por estar en el grupo mixto que no tendrá mucho que decir porque la nueva legislatura quizá ni empiece. Tenemos más de lo mismo, más independencia en marcha porque la Juana de Arco catalana, es decir, doña Inés Arrimadas no ha ganado con mayoría absoluta, ni siquiera ha ganado para sumar una mayoría con el PP que se extingue y con el PSC que va a menos.

Cataluña sigue siendo un problema para los de allí y para los que muchos de ellos consideran de fuera. Miraremos hacia allí sin encontrar una solución. Tal vez no tenga arreglo esta comunidad autónoma que se divide en dos mitades dispuestas a no entenderse. Unos quieren irse, otros quedarse. Lo único que está claro es que ni los que quieren irse ni los que quieren quedarse en el Reino de España quieren al PP. El Partido Popular de don Mariano es el partido que la gran mayoría de los catalanes no quiere. ¿Y el resto de los españoles? Algunos analistas políticos nos preguntamos si la debacle del PP en Cataluña anuncia un gran tropiezo del PP a nivel nacional. Por algo se empieza. Tal vez el PP haya empezado su extinción en las elecciones del pasado 21 de diciembre. El tiempo lo dirá y las urnas lo confirmarán cuando toque.