Estamos en un momento difícil políticamente hablando, y, aunque sé que siempre es difícil hablar de estos temas, me gustaría hacerlo porque tengo algo que contarles. El bipartidismo nos está matando, el país se está estancando y estamos perdiendo derechos que nos costó años conseguir por su culpa. Por eso, es normal que sigan proliferando nuevos partidos políticos. Porque la esperanza es lo último que se pierde y se supone que el descontento general conseguirá que esta única doble elección de partidos cambie y nos pueda gobernar personas que no sean “los de siempre”, personas más cercanas y afines a nosotros. Al pueblo.

Yo no sirvo para esperar sentado a que eso pase, de modo que mis “delirios de grandeza”, o, más bien, mis ganas de conseguir que el país mejore y progrese, me han llevado a fundar mi propio partido político. Bueno, está en proceso de fundación, todavía queda ver si consigo gente suficiente que se una a la causa, pero lo voy a intentar. Por lo pronto, ya he conseguido que un amigo mío que se dedica al diseño de páginas web me diseñe la página principal del partido cuando el programa y todo lo fundamental ya esté establecido. La verdad es que se le da de miedo eso de hacer webs, así que confío plenamente en él.

De hecho, resulta que también se dedica al diseño de aplicaciones, lo cual puede venirme bien; es decir, le puedo sacar partido si lo que quiero es publicitarme fácilmente a través de teléfonos móviles y esas cosas. No sé muy bien cómo va eso porque nunca me ha gustado conectarme a internet a través de un móvil, pero bueno, veremos. Lo que sé es que el diseño de web es solo el primer paso, el segundo será darnos a conocer y el tercero, espero, conseguir que nos voten. Poco a poco.