La comunicación que logras con tu pareja, pero más aún y como resultado benéfico para ti, el tomar conciencia de cómo todos tus sentidos reaccionan ante el estímulo de placer. Así que enfócate a que tu tacto, vista, gusto, olfato y oído se sensibilicen ¿Cómo?:

La imaginación es el factor básico, ésta se activa con la vista, ya que somos más visuales en todo. Un ejemplo para él, estar semidesnuda es más excitante que si lo estás completamente, pues al cubrir una parte de tu cuerpo lo ayudas a que imagine más. Si permites que mire tu figura poco a poco, su excitación será mayor.

Para ti, una forma de activar tu sentido de la vista es no quedarte a oscuras durante el acto, podrás tener mayor contacto si se miran mutuamente durante el desarrollo y permite que elimines actitudes de pudor heredadas por tu educación que inhiben tu capacidad de sentir.

Es mejor que aprendas a acariciar y que le enseñes a él como tocarte, ya que el cambio de ritmo en la relación puede acelerarse o enfriarse, sino provocan que los dos se relacionen a través de roces, caricias, mimos o incluso pequeñas mordidas.

Dense tiempo para reconocer que partes de su cuerpo son más sensibles y logren una comunicación no verbal con ello.

¿No besas? Es mejor hacerlo ya que es una manifestación básica del conocimiento de la pareja en un encuentro sexual, como parte de la química que debe de haber entre ambos. Extiende la experiencia para conocer las reacciones de tu amante recorriendo con la boca todo su cuerpo.

Alíate de un perfume que vaya con tu ph, o que le guste a él. ¿Sabes que es nuestro más puro instinto? A través del olfato podemos escoger a nuestra pareja; si te gusta como huele, habrá química y mejor encuentro sexual. Así que a olerse para estimular tu imaginación y la memoria olfativa de él.

No seas tímida y guardes lo que sientes durante el acto: la voz entrecortada, semitonos y gemidos resultan ser estimulantes. ¿Has probado cierto lenguaje obsceno? Puede que lo provoques más, es cosa de medir las reacciones para no generar actitudes de rechazo.

La idea es que tus sentidos se activen y actúen en beneficio de tu placer y el de tu pareja, para que en el sexo, se conviertan en cómplices.