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La semana pasada estuvo por aquí (Tenerife) uno de los grandes de la música pop-rock en España, con su nuevo show, Hellville de Tour 2008-2009, y como siempre arrasó, agotó entradas, e hizo que los asistentes vibraran a ritmo de su rock and roll
Hacía tiempo que la isla necesitaba un baño de masas, de cultura propia, de encontrarnos con uestro pasado reciente, musicalmente hablando, de disfrutar de una noche de rock and roll, de buen rollo, etc, y esto se lo debemos a Enrique Bumbury, mucho se ha dicho de él, que sí imitaba a Morrison, a Dylan, a Bono, sinceranmente me da igual, lo realmente fantastico es que estuvo aquí, que fue capaz de que con su música, nos enamoráramos de "Alicia (expulsada del país de las maravillas), mientras "Lady Blue" nos es pera en "El Club de los Imposibles", y nostros lo único que anhelamos es el "Infinito". Gracias Enrique por enseñarnos que los sueños son más faciles de realizar, si apostamos por el Rock and Roll.
Enrique Bumbury, líder natural, de un grupo que traspasó fronteras, que en muchos países europeos, es un verdadero icono, como es Héroes del Silencio, empezó su carrera en solitario en 1.997, con el disco “Radical Sonora”, y ese fue el momento que cambió su vida musical, fue el inicio del cambio, dejó atrás el sonido contundente de Héroes del Silencio y coge el aire de cabaret que este showman por excelencia siempre llevó dentro y un sonido más cálido, más mediterráneo, sin dejar a un lado el Pacífico. Con este trabajo consiguió reconciliarse con parte de su público, que empezaba a entender que Héroes eran el pasado y que tenían que aprender a querer a Bunbury tal y como era. Pero además, consiguió que una audiencia que no compartía los postulados de su grupo anterior empezara a fijarse en un artista renovado, con una capacidad innata para crear himnos, como “Viento a Favor”.
Una parte esencial en la creación de Bunbury, se iban transformando. Las referencias digamos más iniciáticas, más oscuras, a Blake o a los simbolistas, que estaban presentes en su etapa anterior, aquí se volvían más claras, más maduras. Pasaba de la escritura críptica, de libre interpretación, a la sencillez, la narración. Algo que se haría especialmente patente en su siguiente cd, “Flamingos” (2002), al que llegó después de publicar un álbum en directo de su gira, “Pequeño Cabaret Ambulante”, y con una nominación a los Grammys latinos por “El extranjero”, como “mejor interpretación pop masculina”.
Así trascurre su caminar hasta que el 2005 fue el año, de nuevo, del cambio. Disolución de El Huracán Ambulante (la banda que le había acompañando desde el 97) y cambio de empresa de managament. Bunbury está agotado, en el sentido literal del término, y no está seguro de si volverá a subirse a un escenario.
Comienza una etapa de reflexión, colabora con algunos compañeros como Jaime Urrutia o Quique González, después de una temporada de descanso, va retomando el contacto con la música, sin todavía querer subir a un escenario.
La colaboración definitiva llega con Nacho Vegas, con el que graba un disco “El Tiempo de las Cerezas” (2006). Ese es el comienzo del regreso, de volver al escenario (entre otros, el Liceo de Barcelona). En medio, la reunión de Héroes del Silencio. Diez conciertos que sirven para cerrar definitivamente ese capítulo. Y un año después, “Hellville de Luxe” (2008).
Se trata de un disco de rock en el sentido más clásico del término, donde las guitarras adquieren un protagonismo muy especial y en el que los estilos se entrecruzan, pero siempre mirando a las raíces de rock, con letras muy pegadizas, contundentes, que para muchos no dicen nada, pero la gran mayoría son estrofas que disparan muchos sentimientos, con gran carga de profundidad. Va vuelto, con más fuerza que nunca.
Una nueva etapa, que comienza con una frase que resume mucho más que el estado de ánimo o la situación vital del artista: “Al final, para un hombre de mundo, es muy exótico volver a casa”.
En resumidas cuentas, es uno de los grandes, de los últimos héroes, que en vez de coger un arma, cogieron una guitarra, un micrófono, y una composición, y decidieron salir del ostracismo, y regalarnos algo que jamás morirá, como una buena canción que ha vencido al tiempo.
Tanto él, como Calamaro, J. Urrutia, Loquillo, Carlos Segarra, incluso el difunto Antonio Vega, son intemporales, el tiempo no los podrán vencer, sus palabras no quedan en dique seco, y sobretodo su corazón se mueve a ritmo de Rock and Roll.
Esto me hace recapacitar, y dar las gracias a todos aquellos que apuestan por el R´N´R, por aquellas emisoras que hacen lo posible para que estas leyendas sigan siendo leyendas, y en concreto gracias a Ruta69, (www.ruta69.qsh.es) en la emisora radio popular canaria, por llevarnos a los tinerfeños, cada sábado esa música celestial con la que crecimos.