Los Marlins están experimentando un brote de coronavirus solo cuatro días después del día de apertura de MLB. Con miles de millones de dólares en ingresos de TV en juego, el comisionado de MLB Rob Manfred casi seguramente no quiere suspender o cancelar la temporada truncada antes de que la mitad de los equipos jueguen en sus estadios de béisbol vacíos. Pero sería una forma apropiada de terminar este experimento distópico.

Los Marlins jugaron contra los Filis el domingo, a pesar de que cuatro jugadores dieron positivo por coronavirus desde el viernes. El lunes por la mañana, otros ocho jugadores y dos entrenadores en los Marlins dieron positivo, lo que eleva el número total de casos positivos a al menos 14,  según el canal deportivo ESPN.

Como era de esperar, el juego programado de Miami contra los Orioles ha sido cancelada y el enfrentamiento de los Filis contra los Yankees ya no está sucediendo. Los Yankees habrían usado la misma casa club visitante en Citizens Bank Park que los Marlins. Se esperan resultados de pruebas para jugadores y entrenadores de los Filis esta noche.

Manfred tiene varias preguntas incómodas que responder, comenzando por lo obvio: ¿por qué permitió que los Marlins jugaran en medio de un brote? El manager de Miami, Don Mattingly, indico a la prensa que su club nunca consideró perder el domingo, lo que llevó a uno a asumir que la decisión quedó totalmente en manos de los jugadores.

La decisión de MLB de renunciar a una burbuja de la liga y permitir a los jugadores viajar libremente siempre representaba un riesgo. El coronavirus continúa aumentando en la mayor parte de los Estados Unidos

Con esos números desgarradores en mente, parece que la única forma de completar una temporada deportiva es albergar a todos los jugadores y oficiales de la liga dentro de una burbuja de cuarentena. Pero dentro de la burbuja, las ligas tienen una oportunidad de pelear. El virus es simplemente demasiado frecuente en todo el país para que los jugadores viajen entre ciudades. Las probabilidades dicen que era solo cuestión de tiempo antes de que MLB lidiara con un brote. Simplemente ocurrió dentro de las 96 horas del día de apertura.

La idea de poder ver el béisbol sirve como una señal reconfortante de una falsa normalidad, las escenas de estadios de pelota vacíos con recortes de cartón dispersos en las gradas y el ruido falso de la multitud que se canaliza en las transmisiones de televisión son totalmente apocalípticos. Los estadios de la MLB parecen extrañas realidades alternativas, donde los jugadores se llevan al diamante en un mundo pseudo-virtual, mientras que los hospitales en los puntos críticos permanecen agotados y los retrasos en las pruebas afectan a casi todas las principales áreas metropolitanas. La Administración Trump incluso ha admitido que las pruebas del coronavirus están tardando  y las esperas de resultados a menudo se extienden entre siete y 10 días.

Los jugadores de MLB no están sujetos a esas esperas interminables, pero como vemos, incluso las pruebas regulares no son suficientes para detener todos los brotes potenciales. A principios de este mes, el lanzador de los All-Star de los Nacionales, Sean Doolittle,  dijo que los deportes son la recompensa de una sociedad funcional, y en este momento, ni siquiera estamos seguros de sí es seguro que los niños regresen a la escuela. Los dos distritos escolares más grandes de California, Los Ángeles y San Diego, ya han hecho planes para conectarse solamente en forma online en otoño.

En algunos aspectos, parece que estamos tratando de practicar deportes de equipo profesionales durante una lluvia nuclear. El Phillie Phanatic tratando de engancharse con recortes de cartón detrás del plato se parece más a algo que veríamos en una película, no a una vista del típico domingo por la tarde en el estadio de béisbol.

Con una temporada de 60 juegos y sin planes para que los fanáticos reales asistan pronto, los propietarios de MLB dicen que perderán al menos $ 4 mil millones. Si bien la liga puede sobrevivir con una versión muy reducida de los Marlins durante las próximas dos semanas, comprometería la integridad competitiva si varios equipos se enfrentaran a listas devastadas. Manfred ya ha dicho que consideraría detener el juego si ese fuera el caso.

"Si tenemos un equipo o dos que realmente están diezmados con varias personas que tuvieron el virus y no pueden jugar durante un período de tiempo significativo, podría tener un impacto real en la competencia y tendríamos que pensar mucho, muy duro con lo que estamos haciendo ”, dijo Manfred.

Si los jugadores que salieron de los estadios por medio de las gradas  y que "Sweet Caroline" fue escuchada en un Fenway totalmente vacío, no impulsó a Manfred a "pensar muy, muy duro" sobre lo que está haciendo la MLB, entonces un brote de equipo a principios de la temporada probablemente hará que se detenga. Según los informes, MLB está celebrando una reunión de emergencia.

 La mejor manera de salvar la temporada sería suspender temporalmente el juego mientras los equipos se trasladan a ubicaciones de burbujas. El proceso probablemente tomaría varias semanas, pero es la mejor esperanza de MLB para completar su cronograma.

Por otra parte, MLB quiere que la temporada regular culmine el 27 de Septiembre, por lo que la postemporada no se extiende hasta noviembre, y quizás hasta otra ola letal de coronavirus. A menos que los propietarios y los jugadores estén contentos con una temporada absurda de 35-40 juegos.

Como hemos aprendido en los últimos cinco meses, siempre es mejor ser proactivo. Se necesita una gran fortaleza política para cerrar las operaciones antes de que las infecciones se propaguen indiscriminadamente, pero debe hacerse si se va a contener el virus. Si espera, ya es demasiado tarde, y 14 jugadores y entrenadores en los Marlins dan positivo por Covid-19.

Esperamos que los jugadores se recuperen pronto y las decisiones que definan si siguen los juegos, siempre que se conserven las medidas de protección y se garantice la salud de los miembros de los equipos, eso incluyen jugadores, técnicos, ayudantes y todo el personal.