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LO que no se atreven a pensar los mito-manos que creen en la religión
Por último el que tantas maldiciones echa y tantos castigos dictamina contra todos aquellos que creen en brujerías o en supersticiones, nos asombra imponiéndoles a los israelitas, a través de Moisés, ritos que tienen más de magia y de brujería que de otra cosa: «Yahvé habló a Moisés y a Aarón: "Díganles a los hijos de Israel que traigan una vaca roja que no tenga defecto ni tacha y todavía no haya llegado al yugo... el sacerdote mojará su dedo en la sangre de ella y hará siete aspersiones hacia el frente del tabernáculo. Luego será quemada la vaca ante tus ojos. Se quemarán también su piel, su carne, su sangre juntamente con sus excrementos y el sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y grana y los echará en medio de las llamas que consumen la vaca. Después el sacerdote lavará sus vestidos, bañará su cuerpo con agua y volverá al campamento, pero quedará impuro hasta la tarde. También el que la quemó, lavará sus vestidos en agua y su cuerpo y quedará impuro hasta la tarde. Un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las depositará juera del "campamento en un lugar limpio donde serán guardadas para el pueblo de los hijos de Israel a fin de preparar el agua purificadora y expiatoria"» (Núm. 19, 1 y sig, ). Si esto no es brujería, que venga Dios y lo vea; con el agravante de que precisamente aquellos que preparan el agua purificadora quedan impuros; este pequeño detalle encaja perfectamente en los usos de la magia. Insistiendo en los raros preceptos que Yahvé le dicta a Moisés, que tan iguales son a los que la magia ha practicado siempre, le transcribiré al lector el rito para la purificación de un leproso, tal como lo vemos en el cap. 14, 1 del Levítico: «Yahvé habló a Moisés diciendo: "Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el día de su purificación... el sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado dos pájaros vivos y puros, madera de cedro, púrpura escarlata y el hisopo. Después mandará inmolar uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua santa. Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la púrpura escarlata y el hisopo y los mojará, juntamente con el pájaro vivo, en la sangre del pájaro inmolado, sobre el agua santa, y rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra. Y tras de declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo".» En México hay muchas personas que hacen «limpias» mágicas utilizando animales; no hace mucho vi a un «brujo» pasando repetidamente por todo el cuerpo de un enfermo, una paloma blanca, mientras repetía unas invocaciones; al fin del tratamiento el «brujo» soltó la paloma que, según él, se llevaba el mal del enfermo. Este tipo de «brujerías» siempre han sido mal vistas por la sociedad cristiano-occidental y hasta perseguidas por la ley en muchos países, pero sin embargo, vemos que Yahvé, se las imponía como cosa natural al pueblo hebreo al mismo tiempo que les prohibía terminantemente imitar otros ritos por el estilo que practicaban los pueblos vecinos y que muy probablemente habían sido prescritos por otros «dioses» de los que Yahvé se sentía muy celoso.