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El régimen sirio organiza este martes unas elecciones presidenciales ganadas de antemano por Bashar al Asad y denunciadas por sus adversarios como una "farsa" que, según los expertos, prolongará aún más la devastadora guerra que vive el país desde hace tres años.
La víspera de la consulta estuvo marcada por otro acto de violencia, con un atentado que provocó diez muertos en la provincia de Homs (centro), y que hace temer por eventuales ataques rebeldes durante la jornada del escrutinio.
Por su parte, el jefe de la oposición, Ahmad Jarba, llamó a los sirios a "quedarse en casa", y rebeldes y militantes contra el régimen denuncian unas "elecciones de sangre", mientras Estados Unidos señala una "impostura", en medio de un conflicto que según una ONG ha provocado más de 162.000 muertos.
La prensa siria menciona un plan de seguridad desplegado desde el domingo "para poteger" los locales de votación en las zonas bajo control gubernamental, donde tiene lugar el escrutinio, subrayando que el ejército y las fuerzas de seguridad se encuentran "en estado de máxima alerta".
El régimen controla el 40% del territorio, en el que vive el 60% de la población, según el geógrafo especializado en Siria Fabrice Balanche.
Esta consulta tiene lugar en un país que se encuentra a sangre y fuego. Unos 2.000 civiles han muerto desde enero a causa de barriles explosivos lanzados por aviones del régimen sobre los bastiones rebeldes en Alepo (norte), mientras continúan violentos combates en el centro del país, cerca de Damasco y en el sur.
Profundamente divididos, los insurgentes y la oposición, al igual que sus aliados árabes y occidentales, todos asisten incrédulos a la reelección al frente del poder de Al Asad, tras una serie de avances de las tropas gubernamentales en el terreno.
Con un ejército unido alrededor del régimen, a pesar de numerosas defecciones, Al Asad cuenta con el apoyo de Rusia e Irán, sus principales aliados a nivel internacional, y con la 'preciosa' ayuda de los aguerridos combatientes del Hezbolá libanés, así como de otros sirios y extranjeros.
En teoría, se trata de las primeras elecciones sirias en casi medio siglo, puesto que Bashar al Asad, y antes su padre Hafez fueron elegidos mediante referendos. Pero, las de este martes fueron organizadas excluyendo 'de facto' toda candidatura disidente.
Sus únicos "rivales" en la consulta, la primera sin candidato único, son el diputado Maher Abdel Hafez Hayar y el exministro Hasan Abdulá al Nuri.
Los aproximadamente 9.000 colegios electorales abrirán sus puertas a las 07h00 locales (04H00 GMT) y cerrarán a las 19h00 (16H00 GMT), y más de 15.000.000 de ciudadanos están convocados a las urnas. La votación puede prolongarse cinco horas más a pedido de la comisión electoral.
Este escrutinio contará con observadores iraníes, rusos e, inclusive norcoreanos, países amigos del régimen.