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Al reacomodo de los huérfanos
La bala en su frente fue certera, no hay duda de que el mensaje debió ser preciso, contundente: no dejarlo vivo. La noticia de su asesinato corrió como reguero de pólvora por todos los rincones del estado de Guerrero, provocando consternación entre la sociedad y la clase política; el clamor de justicia no se hizo esperar.
Una vez más- dijera Diana Laura Riojas de Coloso- las balas del odio, del rencor y de la cobardía, acabaron con la vida de un hombre, que el único delito que pudo haber cometido fue el de aspirar a gobernar el estado en el que nació.
Sus aspiraciones políticas fueron cortadas de tajo, de forma contundente, precisa y sorpresiva; no solamente para Armando Chavarría, sino para la clase perredista que lo apoyaba en su proyecto político rumbo a la candidatura oficial del PRD a la gubernatura del Estado; comicios que habrán de celebrarse en enero del 2011 o en julio del 2010 como lo ordenó la SCJN; su crimen genera suspicacias y salpica de lleno al proyecto ciudadano impulsado desde el poder.
Armando Chavarría Barrera fue acusado por el titular de la Auditoria General del Estado, Ignacio Rendón Romero de haber encubierto al ex rector de la UAG Nelson Valle, en el desfalcó que registró la máxima casa del Estado, el perredista salió al paso y negó semejante acusación.
Armando Chavarría no era un simple legislador local, era además el Coordinador del Congreso y el más fuerte aspirante a la candidatura oficial de su partido rumbo a la gubernatura de Guerrero.
Desde su asunción al cargo como Coordinador de la Cámara Local, Chavarría Barrera cuestionó las decisiones políticas que se tomaban desde el poder, incluyendo las iniciativas de ley que el ejecutivo enviaba a la Cámara.
Proyecto político truncado
Hoy el político Armando Chavarría Barrera fue asesinado, dos balas le arrebataron la vida, una en la frente y otra en el abdomen, fueron certeras.
Sin duda alguna, quienes fraguaron este cobarde asesinato lo planearon muy bien, sabía con precisión que los ojos de la sociedad guerrerense estarían sobre quien los tachó de facciosos y corruptos.
Pero el sospechosismo los llevaría a ver a la delincuencia organizada, otros fijaran sus ojos en la guerrilla y otros se mirarán de reojo viendo al que está al lado, al frente o a su espalda.
La muerte de Armando Chavarría fue maquiavélicamente planeada pero además estaban seguros del daño que harían al sistema político actual.
Hoy sería un error pretender imponer un candidato ciudadano, los ánimos no están para eso. Se ha pedido mesura, unidad, serenidad; se reconoce que hay incertidumbre ante este cobarde hecho. Armando Chavarría se fue sin que le dieran la oportunidad de despedirse de su familia, de su esposa, de sus hijos, de sus amigos.
Su proyecto político ha quedado truncado; Su muerte cobarde deja en la orfandad a un grupo importantes de políticos que compartían los mismos ideales; a tras quedaron las diferencias, las expulsiones o los enojos.
Los huérfanos de Chavarría tendrán que buscar cobijo en otro grupo, corriente o tribu si es que quieren seguir en el escenario político estatal.
Hoy quiero parafrasear al ilustre político guerrerense José Francisco Ruiz Massieu “pobre de ti… pobre de mí… pobre de nosotros… pobre de todos nosotros”. Silencio.
Pobre de ti, pobre de mi, pobre de nosotros, pobre de todos nosotros