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Arauz en picada

30/03/2021 19:46 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Durante toda la campaña, Arauz se la ha pasado defendiéndose, mostrando a un candidato débil, quejoso, frágil y resentido. En cada intervención pública se puede notar a un Arauz tenso, apurado, incómodo, colorado. Gesticula como si fuera a llorar

Andrés Arauz cae en picada. Lo saben sus estrategas y equipo más cercano. Entonces maniobran para recuperar su voto duro perdido. La publicidad en redes, en lugar de promocionar a su candidato, interpela a su adversario de la forma más repugnante. Es un grito desesperado para que los más fieles no se vayan. Fíjense bien.

En estos días se mira retratados a distintos menesterosos portando unos carteles escritos en piezas del mismo cartón y con la misma letra mano imprenta. Como era de esperarse, los primeros indignados son los promotores de la campaña de Andrés Arauz. Pero ¿cuántos mendigos venezolanos portando carteles se necesitan en todo el país para modificar el voto, a pocos días de las elecciones? Miles, tal vez millones. Pero para los operadores del correísmo fue suficiente con capturar en fotografías a unos cuantos de ellos e indignarse, gritando a los cuatro vientos, sin pruebas, que esta sería una estrategia de su adversario. ¿Qué clase de estrategia respondería a usar pocos carteles en pocas esquinas? La indignación es el mensaje. No votes por ellos porque son así de perversos.

Este mensaje está dirigido a su voto más fiel, no el voto indeciso. Esto sugiere que los devotos se les van de las manos. Tal vez ellos mismos pusieron los carteles en las manos de los indigentes, para poder indignarse. Entonces, no importa que fueran pocos, lo importante es mostrarse enojados e insultar.   

Andrés Arauz está perdiendo incluso en las filas de sus votantes más fieles, en aquellos que usan el feriado bancario como argumento, y que ahora ya no parece suficiente. Hoy atacan además a su estratega de campaña, Jaime Durán Barba, y lo acusan de tener nexos con el narcotráfico o hablan de Argentina. Pero ya es muy tarde para implantar esas ideas en el gran público. Ellos le hablan al público devoto que está yéndose. Así se delatan.

¿Qué haría cualquier adversario entre tanto? Mientras el equipo de Arauz gasta sus esfuerzos digitales en una disputa inútil en las redes del Internet, dejando a su adversario el camino despejado para pasearse libremente por las calles sin la preocupación de que los periodistas, incluso los locales, puedan cubrir ninguna tendencia digital en donde el candidato sea mencionado. Además, todas las tendencias de la campaña de Arauz, este momento, son erráticas. Después del “Andrés no mientas otra vez” la campaña correista no ha levantado cabeza en las redes sociales.

Ayer apareció una operación llamada “Lasso es el que empuja la silla” acompañada de un videoclip en reggaetón. La canción muestra a Lenín Moreno sentado en su silla de ruedas, acompañado de Guillermo Lasso que baila detrás de Moreno, montándole una pierna. Espeluznante. Alrededor bailan unos periodistas y una ex ministra de gobierno. Se trata de una escena repulsiva, igualmente destinada a sus seguidores más devotos y sólo a aquellos que estén dispuestos a burlarse de la condición física de un presidente en silla de ruedas.

Ayer apareció una operación llamada “Lasso es el que empuja la silla” acompañada de un videoclip en reggaetón. La canción muestra a Lenín Moreno sentado en su silla de ruedas

Andrés Arauz cae en picada porque su campaña está perdiendo el norte. Ya no muestra contenidos, propuestas o ingenio. Tal vez nunca los mostró. La campaña de Arauz nunca lideró en materia de comunicación durante este periodo de competencia. Al contrario, cambió de línea gráfica para separase de Rafael Correa y mostrarse distinto. Ahora el logo de Arauz no es una mariposa multicolor, sino dos triángulos que nadie sabe qué son. Comete un error estratégico. ¿Quién es Arauz sin Correa? Es el muchacho que llegó sin título a ocupar un alto cargo técnico del Estado y que fue liquidado sin apenas trabajar en su puesto. Nadie reconoce a Arauz más allá de esas fronteras.

Durante toda la campaña, Arauz se la ha pasado defendiéndose, mostrando a un candidato débil, quejoso, frágil y resentido. En cada intervención pública se puede notar a un Arauz tenso, apurado, incómodo, colorado. Se lamenta con un tono chillón. Gesticula como si fuera a llorar. Es lo contrario a lo que se busca en un estadista: aplomado, sereno, severo, serio, argumental. Todas las respuestas que ofrece Arauz parecen memorizadas, desarrolla el mismo guion y evade permanentemente las preguntas de sus interlocutores. Arauz se desmorona.

A esto tiene que sumarse la montaña de mensajes desdeñosos escritos por el propio Arauz en sus redes sociales, mucho antes de ser candidato. Los internautas los recopilaron y su autenticidad está probada, aunque ya fueran borrados algunos de estos. Arauz se expresa de forma despectiva de las mujeres, de las madres de familia, de los empresarios bancarios, de la dolarización, de la libre empresa, se muestra a favor de la desdolarización, de la expropiación de las empresas privadas y de Nicolás Maduro. En sus redes sociales, Arauz se muestra como el típico burócrata abusivo que se siente dueño de su puesto y del Estado. No creyó nunca que sería candidato para algo y que siempre estaría en el poder. Andrés Arauz es el primer difamador de Andrés Arauz.  

Es la antítesis de Rafael Correa. La apuesta por alguien como Arauz deben tener arrepentidos a sus nominadores. Se perdieron de candidatear a Marcela Aguiñaga, por ejemplo. Elocuente, fluida, agresiva, latosa y agria en sus bromas, Aguiñaga es una Correa femenina. De la misma manera pudieron escoger a Pabel Muñoz, Pierina Correa o al mismo Carlos Rabascal. Pero se decantaron por alguien sin ningún carisma, liderazgo o fuerza argumental, sin lucidez, habilidad oratoria o pasión. Encorvado, disminuido, gangoso, con voz de silbato, Arauz, mientras habla, aburre. En cada intervención pública su equipo le permiten aparecer colorado, apurado, lloroso. Como el candidato que se arrodilló y lloró para que lo eligieran, Andrés Arauz es el Álvaro Noboa de estos tiempos.  

Tampoco se ha dicho que el contraste sea Guillermo Lasso. Igualmente, Lasso hizo una campaña pésima por aburrida durante la primera vuelta, pero ahora empieza a crecer tal vez por el voto de rechazo.

Las encuestas muestran una relación de empate técnico entre los dos candidatos del balotaje. Algunas veces uno supera al otro, pero la distancia es de pocos puntos porcentuales. Sin embargo, el único que puede crecer en estas circunstancias es quien muestre aplomo, fluidez y especialmente alegría. La campaña de Arauz perdió un norte que tal vez nunca tuvo.

¿Cuántos mendigos venezolanos portando carteles se necesitan en todo el país para modificar el voto, a pocos días de las elecciones? Miles, tal vez millones

@ghidalgoandrade  

 

 

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Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (382 noticias)
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