El actor John Turturro se volvió a poner detrás de las cámaras para dirigir un film a golpe de Jazz y de deseos inconfesables. En esta ocasión dirige y protagoniza junto a Woody Allen una comedia de apetitos sexuales donde dos amigos y compañeros de trabajo, Fioravante y Murray, se quedan sin empleo cuando Murray tiene que cerrar la librería. El ya antiguo dueño, compañero y amigo de Fioravante le propone un negocio tras saber que tiene la posibilidad de hacer dinero con mujeres muy necesitadas de sexo. Ofreciendo a Fioravante la oportunidad de hacerse Gigolo. Lo que en un principio parece una locura con el tiempo se hara una buena maquina de ganar dinero.

La película rescata también a actrices como a Sharon Stone, en el papel de una mujer felizmente casada pero insatisfecha en la cama. La actriz latinoamericana más famosa ahora en el cine, Sofia Vergara, o, la actriz y cantante Vanesa Paradis como una viuda que después del fallecimiento de su marido querrá encontrar el amor verdadero, algo tan puro que no dejara que ningún hombre la toque ni la mano.

La película no pasa de ser otra comedía romántica. Los mismos clichés, las mismas situaciones típicas de dos pardillos que juegan en terrenos, donde si pisan mal se pueden quemar. Aprendiz de gigolo muestra a una pareja de actores que sabrán entenderse, el director y el actor interpretando unos papeles que le vienen como anillo al dedo. Dentro de un film más que previsible y que pasara de lo incorrecto hasta los sentimientos más puritanos. Lo cual me llega hacer gracia cuando el, claramente, es un Gigolo, es decir sexo por dinero.

Nota.- 5'5/10 .