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El trabajo hecho a gusto no cansa jamás
Los seres humanos buscamos satisfacción y, especialmente, sentirnos realizado en las actividades que forman parte de nuestra vida. Proporcionar un servicio a la sociedad y conseguir algo de valor para los demás, a la vez que sentirse equilibrado y saludable, son razones esenciales para trabajar. Además, como la mayoría de nosotros pasamos el 70 por ciento de nuestra vida de vigilia en el lugar de trabajo, es importante que tomemos conciencia de lo mucho que éste puede contribuir a nuestra felicidad.
Una de las causas más frecuentes de la ansiedad es el estrés en el trabajo. Comienza por las prisas nada más levantarnos, se alimenta con una jornada agotadora y acaba con la vuelta a casa hechos un manojo de nervios.
Las personas equilibradas ven en el trabajo una fuente de alegrías. Si nos angustia ir a trabajar o sólo asociamos felicidad con éxito laboral, es señal de que nuestra vida laboral no funciona bien.
¿Como podemos liberarnos de la tensión laboral que nos atenaza? La clave está en aprender a gestionar mejor nuestro tiempo y en desarrollar trucos y técnicas sencillas que alivien esa tensión, muchas veces inevitable. La clave para organizarse, si quieres que el trabajo te cunda y no te complique aún más la existencia, es cuestión de que aprendas a organizarte. Para ello: haz una lista de prioridades antes de empezar la jornada laboral.
Trabaja en tu agenda. Asigna tiempos a las tareas de tu agenda y dedicate a diversas actividades que te obliguen a centrarte: las reuniones o entrevistas continuas exprimen el cerebro.
Realiza las tareas según el momento más apropiado del día. Piensa que te va mejor: realiza el trabajo más complejo por la mañana si estás más centrado, y reserva las llamadas y reuniones para después del almuerzo o de la comida.
Tómate un pequeño respiro cada dos horas.
No caigas en la tentación de querer controlarlo todo. Delega todo lo posible.
Planifica un rato de calma sin interrupciones, desconectando el teléfono unos minutos y revisando los e-mails sólo una vez cada hora. Según un estudio de los trabajadores de Microsoft, tras contestar un e-mail se tarda 15 minutos en retomar lo que se estaba haciendo.
No lo dejes para después. En lugar de perder el tiempo angustiandote por una tarea, hazla. Tendrás más tiempo y dejarás de estresarte.
No te lleves trabajo a casa, salvo que sea una situación desesperada.