Por considerarla indulgente, el Undécimo Tribunal de Apelaciones de Atlanta el último 19 de setiembre anuló por mayoría la sentencia condenatoria dictada en el 2008 que imponía 17 años y 4 meses a José Padilla un norteamericano de origen puertorriqueño convertido al Islam condenado por colaborar con la cédula terrorista Al Qaeda.

Según los fundamentos de esta decisión, José Padilla representa un “amenazante riesgo de un futuro peligroso debido a su entrenamiento con Al Qaeda” calificándolo como “mucho más sofisticado que un individuo convicto de un crimen ordinario”. No menos convencido se mostró el Presidente del Tribunal Joel Dubina quien aseveró que “la corte del distrito le dio muy poco peso al extenso historial delictivo de Padilla, no le dio ningún peso a su futura peligrosidad”. El caso fue devuelto al juzgado federal para que lleve a cabo una nueva audiencia que determinará una sentencia apropiada.

José Padilla de 40 años quien adoptó el nombre de Abdulah-al-Muhajir tras su conversión fue arrestado en el aeropuerto de Chicago hacia el 2002 tras desembarcarlo de un vuelo procedente de Egipto, bajo el cargo de intentar detonar una bomba nuclear radioactiva en la ciudad. Permaneció internado en un calabozo de una unidad militar de Carolina del Sur en calidad de “combatiente enemigo” hasta el 2006, año en que su caso se hizo público y fue trasladado al Estado de Florida.

En el 2007, el jurado lo encontró culpable de intentar organizar una cédula de apoyo a Al Qaeda en Estado Unidos

En el 2007, el jurado lo encontró culpable de intentar organizar una cédula de apoyo a Al Qaeda en Estado Unidos, a pesar de que sus abogados indicaron que sus continuos viajes a países del Medio Oriente tenían por finalidad estudiar y profundizar su conversión religiosa.

Un año después, la jueza federal de Miami Marcia Cook lo condenó a 17 años y cuatro meses de prisión, desestimando la acusación fiscal que solicitaba cadena perpetua. La sentencia incluía las denuncias sobre suministro de reclutas y fondos a extremistas islámicos afincados en el exterior, así como conspiración para el asesinato y secuestro de personas en Afganistán, Chechenia, Bosnia Herzegovina y otros estados entre 1993 y 2001.

Para la defensa, Padilla fue sometido a continuos daños psicológicos por parte de los agentes de gobierno, sosteniendo la fiscalía no ha demostrado nada concreto sobre la supuesta intención de detonar una bomba; por su parte los fiscales hicieron hincapié que el procesado no fue reclutado sino que ofreció sus servicios a Al Qaeda.