Antonio, con 85 años, y el mayor de 16 hermanos, dice que ha pasado toda su vida en este sector, y aunque su infancia la vivió en, recuerda que donde está ubicada la Iglesia de Cristo Rey, era tan solo una pesebrera donde el sacerdote de la época, ofrecía la eucaristía bajo una carpa algunos días de la semana a las 5 y 8 de la mañana.

Aunque, según él, la memoria le falla, no olvida cuando iniciaron la construcción del actual templo, el mismo donde hace 60 años dio el "sí" más importante de su vida.

Con un particular brillo en sus ojos, habla de la transformación que ha tenido este parque y sus alrededores, y de lo orgulloso que se siente hacer parte de él.

A pesar del tiempo, el crecimiento comercial y el ruido de los cientos de carros que circulan por la Avenida Guayabal, la Iglesia de Cristo Rey continúa siendo para muchos el punto de encuentro con amigos, para pasar una tarde tranquila e incluso comenzar buenas historias.