Las obras de ampliación del metro de Río de Janeiro (en el sureste de Brasil), cruciales para el traslado a las instalaciones durante los Juegos Olímpicos de 2016, corren "alto riesgo" de no estar listas antes del evento, informó el martes el ente fiscalizador.

Una auditoría del Tribunal de Cuentas del estado de Río de Janeiro (TCE-RJ) advirtió que "no podrá haber cualquier otro tipo de atraso en el cumplimiento del cronograma previsto para que las extensiones del sistema metroviario estén en funcionamiento antes de la apertura de los Juegos", según una nota de prensa enviada a la AFP.

"Por falta de planificación, las obras públicas en Brasil son ejecutadas a partir de proyectos básicos ya que en el momento de la realización de la licitación, generalmente los proyectos ejecutivos nunca están listos, acarreando inevitablemente la ampliación de plazos para la conclusión de las obras", indicó el presidente del TCE-RJ, Jonas Lopes de Carvalho Junior.

La nueva línea del metro debería entrar en funcionamiento en junio de 2016 -los Juegos arrancan el 5 de agosto-, pero el organismo colocó en "alto" el nivel de riesgo de que la obra no sea concluida a tiempo.

Su recorrido llega hasta el barrio Barra de Tijuca (en la zona norte), donde se ubican la villa y el parque olímpico, en un recorrido de media hora desde el centro de la ciudad -que en coche llevaría como mínimo una hora y media con un tránsito infernal-.

El metro está integrado a un sistema de autobuses por carriles exclusivos que llegarán directamente a estas instalaciones.

Un informe de este ente fiscalizador fue entregado a una comisión del Congreso a mediados de junio. Una nueva auditoría comenzó esta semana y concluirá en diciembre para "examinar la legalidad, legitimidad y economía de los gastos" en el proyecto.

La ampliación del metro está a cargo de un consorcio liderado por la gigantesca constructora Odrebretch, cuyo presidente, Marcelo Odebrecht, resultó preso por un escándalo político de sobornos y corrupción en la estatal petrolera Petrobras.