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Nairo Quintana, uno de los favoritos a la victoria en el Tour de Francia que comenzará el 4 de julio en Utrecht (Holanda) podría hacer realidad el sueño incumplido del ciclismo colombiano: vestir el preciado maillot amarillo a la llegada de la Grand Boucle a París, el 26 de julio.
La victoria en la general del Tour de Francia es, junto al campeonato del mundo en ruta, la última cima que le falta al ciclismo cafetero por conquistar.
Lo que no pudo conseguir la generación dorada (liderada por Lucho Herrera y Fabio Parra) en los años 1980, podría lograrlo en esta edición Nairo Quintana, el digno sucesor de aquellos escarabajos que hace ya más de tres décadas desembarcaron en Europa para desafiar, en sus propias carreteras, a los ciclistas del Viejo Continente.
El 'Jardinerito' Herrera rompió moldes al ganar la Vuelta a España en 1987 y el propio Quintana hizo historia al conquistar el Giro de Italia en 2014, sólo un año después de que su compatriota Rigoberto Urán se quedase a un paso de vestir la 'maglia' rosa en Brescia (repitió segundo puesto en 2014, por detrás de Nairo).
No menos histórico fue el triunfo de Santiago Botero en el Mundial contrarreloj celebrado en Zolder (Bélgica) en 2002, el maillot amarillo de Víctor Hugo Peña en 2003 (el primer colombiano en liderar el Tour de Francia) o la plata olímpica en Londres-2012 de Urán en la prueba en ruta.
Incluso Carlos Betancur llegó a liderar (empatado con el australiano Simon Gerrans) la clasificación UCI, que distingue al mejor ciclista del mundo, tras ganar la prestigiosa París-Niza en 2014.
Pero la victoria final en el Tour, la prueba ciclista más importante del calendario mundial, sigue siendo un coto vedado a los ciclistas colombianos.
Quintana estuvo a punto de romper el maleficio en 2013, pero quedó segundo por detrás del británico Chris Froome, aunque ese resultado le sirvió para mejorar el tercer puesto de Fabio Parra en 1988, que había sido hasta entonces el único colombiano en haber subido a un podio final en la Grand Boucle.
- 'Cochise' el precursor -
Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que Martín Emilio Rodríguez, conocido como 'Cochise', abrió las puertas de Europa a los ciclistas colombianos, convirtiéndose en una leyenda para el país sudamericano al ganar una etapa en el Giro de Italia de 1973, siendo el primer ciclista cafetero en tener un triunfo parcial en una de las grandes vueltas ciclistas de Europa.
Hubo que esperar una década para ver las consecuencias de aquel triunfo histórico: desembarco masivo en Europa de 'escarabajos', nombre con el que se conocía a los ciclistas colombianos por su facilidad para escalar montañas dado sus cuerpos menudos y livianos.
Fue la época gloriosa del ciclismo colombiano en el Tour, cuando 'Lucho' Herrera ganó en la mítica subida al Alpe d'Huez (1984), obtuvo dos triunfos de etapa y el premio al mejor escalador un año después, en una edición histórica ya que Fabio Parra también logró una victoria parcial en Lans en Vercors (en una etapa en la que el 'Jardinerito' fue segundo) y el maillot de mejor joven de la prueba.
En 1988 el ciclismo colombiano dio un paso más con el tercer puesto de Parra en París, en el primer podio de un colombiano en la Grand Boucle.
Herrera nunca subió al podio del Tour (su mejor resultado fue un quinto puesto en 1987), pero se convirtió en el líder del ciclismo colombiano al ganar etapas en las tres grandes vueltas y el Premio de la Montaña al mejor escalador en Tour-Giro y Vuelta, una gesta que solo otro ciclista, el español Federico Martín Bahamontes, ha logrado en toda la historia.
Una nueva generación tomó el relevo a finales de 1990 y primeros años 2000. Santiago Botero y Victor Hugo Peña representaron una evolución del ciclista colombiano, más completo, que ya no solo escalaba montañas, sino que rodaba bien contra el crono.
- El ocaso en los años negros del dopaje -
Así, el primero ganó el mundial contrarreloj (2002) y el segundo se convertía en el primer colombiano en vestir el preciado jersey amarillo del Tour en 2003, pero era ya una época en la que el ciclismo estaba tocado de muerte por el dopaje tras el estallido del 'caso Festina' en 1998.
La EPO hizo estragos en el pelotón en aquellos años en los que muchos ciclistas contaban con 'ayuda extra' para superar los obstáculos de la carretera.
No ha sido hasta que el ciclismo parece 'limpio', al menos en teoría, cuando los colombianos han vuelto a destacar en el pelotón.
Quintana es el indiscutible líder del ciclismo cafetero en la actualidad, pero Colombia cuenta también con muchos otros ciclistas que destacan en Europa, como Urán, los primos Henao (Sergio y Sebastián), Betancur, Winner Anacona, Julián Arredondo o Darwin Atapuma.
Todos ellos aspiran a llevar al ciclismo tricolor de nuevo a lo más alto.