Según Robert Clarke en una de sus obras: «LA IMPORTANCIA DE SER IMPERFECTO»; afirma: “Gracias a la imperfección podremos permitirnos disfrutar en paz con la gente imperfecta, porque estamos en paz con nuestro propio ser imperfecto. Podemos permitirnos ser más justos con la humanidad porque ya no necesitamos mostrarnos santurrones”.

Observamos con gran claridad la necesidad y la importancia de ser imperfectos para alcanzar la perfección, ya que cuando «reconocemos» nuestro origen, hacemos remembranza y no olvidamos lo que somos o lo que fuimos y así, logramos aceptar a los demás con sus habilidades imperfectas

o también conocidas como debilidades: ya sea en el cuerpo, en la mente, en el alma, etc.…

De ahí, que para colaborarle al otro a pasar los puentes, las espinas, las rocas y hasta el dolor de las imperfecciones, debemos reconocernos como «seres humanos»; no olvidando nuestro origen, nuestro «puerto de salida»; claro está y muy claro es; si «el otro» no quiere salir o superar o aceptar esa imperfección ¡Qué lástima! Porque jamás se dará la oportunidad para demostrar su maestría en superar dificultades.