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Alejandro Cantisani fue uno de los más de 40 nadadores que se animaron a enfrentar el desafío "Winter Swimming en el Fin del Mundo", el evento que unió Argentina con Chile por el Canal de Beagle a nado. Deporte San Luis tuvo la posibilidad de dialogar con el puntano que vive en Ushuaia, quién dejó sus sensaciones luego de lograr esta importante hazaña compartida con nadadores de diferentes partes del mundo.
"Recién ahora voy cayendo de todo esto que ha pasado. Es una locura hermosa y genial, me siento orgulloso y realizado de haber hecho semejante logro", aseguró Alejandro.
La preparación no fue fácil, ser parte de una comitiva que se animó a cruzar nadando aguas heladas durante más de seis horas conlleva un trabajo previo de mucho esfuerzo: "Yo trabajo en una pileta en Usuhaia, soy profesor y junto a los guardavidas decidimos presentarnos. Empezamos a entrenar en una playa de la ciudad en lo que era ambientación, empezar a meternos de a poco, primero los pies, luego las piernas, después el cuerpo, tirándonos agua de a poco. Al ser tan helada el agua la primera sensación que te da es que se te cierra el pecho, no podes respirar bien y te agitas mucho".
Durante el proceso de preparación gran parte del cuerpo se cubre, sin embargo existían zonas donde el agua penetraba: "Donde no tenes protección sentís pinchazos hasta que se te adormecen las manos, los pies o la cara del dolor, después podes arrancar bien. Una vez que se aclimata el cuerpo empezás a nadar con normalidad".
Otras localidades, piletas y lagos de Tierra del Fuego también fueron los escenarios donde Alejandro y sus compañeros entrenaron de cara al desafío.
Llegado el fin de semana los nervios y la ansiedad se acrecentaron. "El sábado fueron las pruebas cortas a 100, 200, 500 y 1000 metros. Yo nade 100 y 500. El domingo arrancamos a las 06.30 hs. en el Puerto de Usuhaia donde nos reunieron y fuimos hasta el límite con Chile en el Canal de Beagle", expresó el puntano.
Sobre el día crucial, Alejandro manifestó: "Fui seleccionado para ser uno de los primeros 17 nadadores que comenzamos el cruce en territorio chileno. Gracias a dios, y es algo que lo llevo como personal con mucho orgullo, fui el nadador que hice el límite, comencé en Chile y a los pocos metros cruce el límite internacional a Argentina. Me enteré después de eso, cuando subí al ferry que nos trasladaba y estallé de emoción".
En postas de cinco minutos por nadador y relevos permanentes, Alejandro se tiró tres veces al agua y aportó sus buenos metros para completar el desafío. "Fue algo impresionante, lo hicimos en 6 horas y 6 minutos. La llegada fue emocionante, ver tanta gente aplaudiendo. Esto se hizo por la paz, por la hermandad, fue simbólico, nada competitivo. Es algo hermoso, inexplicable, no me alcanzan las palabras, cada vez me emociono más con las fotos y los videos que veo, es algo que me llena en lo profesional y lo personal".
Nota: Leandro Gun