Es un placer hacer las cosas bien. Incluso las tareas diarias simples, cuando se hacen bien, se elevan al nivel de competencia. Con demasiada frecuencia pasamos por alto la belleza común de lo cotidiano y la competencia que se necesita para crear nuestro entorno. Lavar ventanas realmente puede transformar un espacio. Cuando las ventanas están limpias y brillantes, el efecto es deslumbrante. Existe una técnica y un nivel de aplicación competente para lograr ventanas sin manchas ni rayas. Vale la pena.

Parece que pensamos que la habilidad y el conocimiento deberían existir como algo natural, pero en realidad es necesario estudiarlos y adquirirlos. Desde un mecánico de automóviles, que realmente podría tener nuestras vidas en sus manos, hasta un florista que está creando un arreglo floral hermoso para el momento más importante de la vida de una hija, es necesaria la habilidad y la aplicación. Se necesita tiempo e intención para aprender estas habilidades. Se necesita hacer y hacer y volver a hacer para desarrollar el dominio. Merece la pena la inversión, el placer de hacer y la calidad del producto elaborado. "Estimula el logro de la competencia en cualquier ocupación que valga la pena. Felicítala y prémiala siempre que la encuentres." L. Ronald Hubbard. Durante esta época de coronavirus, la competencia en el día a día es un regalo que podemos darnos a nosotros mismos y a los demás. www.elcaminoalafelicidad.mx @waytohappinesstampa