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Los alegatos finales en el juicio de James Holmes, acusado de matar a 12 personas en un cine de EEUU en 2012, comenzaron el martes con las declaraciones de los fiscales, convencidos de que el crimen fue planeado.
Holmes, de 27 años, podría ser condenado a muerte si fuera declarado culpable de la matanza, perpetrada el 20 de julio de 2012, en la que también resultaron heridas 70 personas, en una sala de Aurora (Colorado, centro-oeste) donde se estaba proyectando la última película de Batman.
"El lunes se cumplirán tres años. Cuatrocientas personas de esta comunidad entraron a este cine. Vinieron contentos, esperando divertirse", declaró el fiscal George Brauchler. "Eso no fue lo que pasó. En su lugar, un personaje diferente apareció frente a la pantalla, vestido todo de negro. Y vino con algo en su corazón y su espíritu, era una asesinato en masa", añadió.
El juicio contra Holmes, que permanece en prisión preventiva desde la misma noche de la tragedia y se declaró no culpable de los hechos por sufrir problemas mentales, podría prolongarse hasta septiembre u octubre, en función del veredicto del jurado. El objetivo principal es decidir si este exestudiante de neurociencia estaba sano o padecía una enfermedad mental en el momento del ataque.
Por su parte, el abogado defensor, Daniel King, apuntó nuevamente a los supuestos problemas mentales que llevaron a Holmes a perpetrar el crimen, asegurando que, cuando "Holmes caminó en ese teatro... había perdido contacto con la realidad". "No se puede separar la enfermedad mental con este caso, o con Holmes", añadió. "La enfermedad mental hizo que esto sucediera. Solo la enfermedad mental hizo que esto sucediera, y nada más", afirmó.
Los padres de Holmes manifestaron, en una carta enviada en enero al diario The Denver Post, que su hijo "no es ningún monstruo. Es un ser humano afectado por una enfermedad mental muy seria".