Entre la juventud argentina se destaca un crecimiento importante de adictos al Viagra. Son personas que no pueden evitar la automedicación, a pesar de no sufrir disfunciones eréctiles, según lo publicado por la edición impresa del diario Clarín.

Esta conducta va en incremento, si se toma como parámetro que, sólo en el último año, se comercializaron cerca de 20 millones de píldoras, dejando al descubierto un alto crecimiento del consumo de Viagra en el país.

Como el negocio sexual refleja cifras elevadas de crecimiento, ya hay 56 marcas que venden este tipo de drogas.

Sin embargo, no todos los consumidores de Viagra tienen necesariamente problemas sexuales. Muchos lo compran para mostrar buenos resultados en la cama, tal es el caso de lo que debutan sexualmente. De ellos, un 30 por ciento toma Viagra para su primera relación íntima.

"Empecé a tomar la pastilla poco después de separarme. Hacía pila de años que tenía sexo con la misma mujer y la primera vez que fui a hacerlo con otra me puse nervioso y terminé pasando un papelón. Me recomendaron Viagra, lo tomé y me fue muy bien. El problema es que ahora sólo funciono si lo tomo", confesó un hombre de 39 años.

Esta conducta adictiva puede provocar graves consecuencias, según afirmó el sexólogo Adrián Sapetti. "Como en cualquier adicción, la persona se termina haciendo esclava. Se desespera si no tiene la pastilla y directamente no puede funcionar", explicó el especialista.