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Ahí me tenéis haciendo el japonés autorretratándome en la sala de debate.
Hola amores y amoras.
Os dejo la transcripción del maravilloso, fundamental, trascendental y armonioso texto que publico hoy en el diario 20minutos en su versión de papel.
Eso implica que mis palabras desquiciadas estarán para siempre en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. Sí, en el mismo edificio donde está la primera edición del Quijote. Que lo mismo se incinera a sí misma cuando llegue yo de pura vergüenza ajena.
Cuando Dios creó el mundo nos dió a los seres humanos la capacidad de razonar, de andar derechos y de gritarle a la tele. Pero normalmente no hay respuesta, lo que es más frustante que ir a una delegación de Hacienda buscando sonrisas.
Así que cuando te dan la oportunidad de pedirle explicaciones a la tele con la garantía de obtener una réplica te das a esa posibilidad como te das a un buffet libre cuando llegas y quedan 15 minutos para que cierre.
Hace unos días estuve en la rueda de prensa que Gran Hermano VIP organizó y en la que los concursantes respondieron a las preguntas de los periodistas y de otros seres como el que escribe. Es casi al final y el impacto que tiene es muy pequeño, pero he colaborado. Se acabó. Y me gustó.
Cuando Gran Hermano comenzó hace más de 15 años el aislamiento de los concursantes era exquisito. De esa casa no salían ni los pedos y no entraba nada. Nada. Si María hubiera vivido en esa casa, el arcángel San Gabriel no habría podido decirle nada de lo del embarazo.
Ahora en Gran Hermano (sobre todo en el VIP) entra más gente que en el Primark de Gran Vía el día que lo abrieron. Entran los familiares a saludar (y filtran información del exterior y dan consejos), entran exconcursantes (ídem), concursantes expulsados que se repescan (ídem de ídem) y personalidades de otros programas de Telecinco con cualquier excusa (véase banquetes, balnearios y demás.
Y ahí no es que los concursantes reciban información del exterior, es que sólo falta que les hagan esquemas en una pizarra. Nos guste o no, las reglas han cambiado.
Nota: Me han llamado de la Biblioteca Nacional. Van a hacer una excepción y los ejemplares que les lleguen los van a recortar antes de guardarlos.