Recorriendo el histórico de acontecimientos, tenemos que la primera reacción del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante el fallo del Tribunal de Estrasburgo fue hablar del tiempo. De esto ha transcurrido solo una semana. La posición oficial del partido del Partido Popular era, por aquel entonces, que la sentencia había que acatarla aunque resultara duro para las víctimas de ETA. También se dijo que el PP no asistiría a la manifestación que iba a convocar la asociación de víctimas del terrorismo, la AVT.

Ese era el discurso oficialista del PP de Rajoy, pero no el del  ex presidente Aznar, que desde FAES reprochó al Gobierno su “temeraria despreocupación sobre el futuro del País Vasco y de toda España”.

Casi a la vez y sin perder  oportunidad, la ex presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, anunciaba que asistiría a la concentración convocada por las víctimas de ETA en Madrid. En ese primer momento, el comunicado de Aguirre sonaba fuerte en los medios de comunicación junto con la ausencia del PP, que se interpretaba como desapego y abandono de las víctimas a las que Rajoy apoyara en su etapa de Oposición. También Ana Botella e Ignacio González se sumaron al carro de la asistencia. Todo apuntaba a que el PP madrileño era el único que se iba a hacer la foto con las víctimas en la plaza de Colón.

El protagonismo que Aguirre adquiría, especialmente ante el ala derecha del PP, fue el detonante clave para que Rajoy abandonara su mutismo ante los medios y se posicionara en contra de la sentencia de Estrasburgo. Así que, de la noche a la mañana, el Partido Popular anunció que acudiría a la manifestación de la AVT y censuró explícitamente la decisión del Tribunal de Estrasburgo.  

Aguirre se fue de rositas y sin pronunciarse sobre los abucheos que recibieron sus compañeros de filas

El primer efecto de este cambio de parecer de Rajoy, su Gobierno y la plana mayor del PP fueron las críticas de la Oposición. La volubilidad de Rajoy ponía de manifiesto su incoherencia, por una parte, y su ataque a la separación de Poderes, por otra, considerando que el presidente siempre aduce acato de las sentencias judiciales y no hace comentarios de las mismas.

El segundo efecto que logró Rajoy con el cambio de estrategia fue el oscurecimiento de la iniciativa de Esperanza Aguirre. Consiguió que se diluyera el protagonismo de la ex presidenta madrileña ante los medios de comunicación y ante el sector del PP contrario a Rajoy y a su equipo de Génova.

Ni TVE ni el resto de televisiones prestaron atención a la ex presidenta Aguirre en la manifestación de ayer domingo. En los informativos se la vio por allí en plano secundario y escasamente se ha hablado de ella hoy lunes.  

Los primeros planos políticos los acapararon los portavoces del PP (González  Pons, Javier Arenas, Floriano…).  Toda la atención de la prensa fue para ellos y también lo fueron los abucheos de los asistentes que, de rebote, le cayeron a Rajoy.

Aguirre se fue de rositas y sin pronunciarse sobre los abucheos que recibieron sus compañeros de filas que acudieron en representación del PP a la manifestación.