Quiero un abrigo de peluche en mi vida. Que me abrace y me dé calor. El problema es que cuando me los pruebo, me veo gigantesca. Demasiado volumen por todas partes. Parezco un muñeco Michelín. Igual son impresiones mías y lo que sucede es que no estoy acostumbrada. Pero cada vez me gustan más, en todas las formas y colores: cortos, largos, clásicos o modernos. No son la opción ideal para cuando llueve, pero sí lo son para estas olas de frío intenso que estamos viviendo.

Ahora se llevan mucho, siempre en piel sintética, y experimentando mucho más con el color y con el diseño. Además, ya no son para looks elegantes, sino que han perdido su seriedad tradicional para combinarse de la manera más informal posible: con vaqueros, con deportivas, con gorras, con sudaderas, con botas militares, con pantalones tipo chándal...

Eso sí, hay quien los sigue llevando con tacones y de manera " fina " como la mejor manera de abrigar un look elegante, un vestido divino demasiado fino para llevar en invierno o un estilismo propio de un día de trabajo. Los abrigos largos quedan mejor en versión poco voluminosa y corte recto, mientras que los chaquetones cortos permiten compensar la silueta con algo más estrecho en la parte de abajo.

¿Tenéis todas vuestro chaquetón de peluche? Ahora en rebajas hay chollos bastante buenos para hacerse con uno rebajado, aquí os dejo con una galería de shopping que me está tentando más de la cuenta. Fotos: Style du monde.