El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la disputa entre Costa Rica y Nicaragua por la navegación costarricense en el nicaraguense río San Juan permite pasar una conflictiva página en la relación bilateral. La sentencia, que en forma cuantitativa favoreció a Costa Rica y en forma cualitativa apoyó argumentos de ambas partes, vino -según autoridades y analistas costarricenses- a "desanjuanizar" el vínculo binacional. El tema central del conflicto radicaba en el planteamiento de Costa Rica de que efectivos de seguridad de este país navegasen armados por el río, y en la negativa de Nicaragua a permitirlo. La Corte, con sede en La Haya, Holanda, rechazó el lunes pasado la posición de Costa Rica, aunque reconoció el derecho de este país a la libre navegación con propósitos comerciales -incluido el turismo. Surge el interrogante de si, resuelto el irritante diferendo que desde 2005 estuvo "encapsulado" -según expresión del canciller costarricense, Bruno Stagno- en la CIJ, el vínculo entre estos dos vecinos con frontera de 309 kilómetros se librará de conflictos. La respuesta afirmativa fue expresada a Notimex el lunes 13 de julio -día del fallo de la Corte- por Stagno, quien dijo que ahora se podrá centrar la atención en temas de interés bilateral, como el desarrollo de la empobrecida y marginada zona a cada lado del límite. Además, se fortalecería el trabajo de la Comisión Binacional, que tras una década de no reunirse fue reactivada en octubre de 2006 y constituye el foro idóneo para el abordaje de lo referido al tema prioritario de cómo llevar desarrollo al área fronteriza. Un permanente punto de potencial tensión en la relación binacional es el masivo flujo de migrantes nicaraguenses hacia Costa Rica en procura del mejor nivel de vida que, a causa de la crítica situación socioeconómica de su país, buscan de este lado de la frontera. Según datos proporcionados por la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica a Notimex, ciudadanos de Nicaragua constituyen un 75 por ciento de los extranjeros establecidos en territorio costarricense. De acuerdo con estimaciones extraoficiales, contando a las personas indocumentadas, el total de nicaraguenses en Costa Rica se ubicaría en unos 600 mil, población que otros cálculos ubican en 800 mil y hasta un millón.