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Hablar de Melancolía, es hablar de uno mismo, porque el que mas o el que menor ha perdido un objeto amoroso en su vida, o un ideal, o un sueño, o ha tenido que cambiar de país, de familia. En todas estas situaciones se corre el peligro de producir una melancolía. La melancolía también puede producirse cuando no coincide con lo que quiero de la persona que amo, es decir, que cuando estoy en desacuerdo con el objeto amoroso, se puede producir la melancolía sin tener que perder a la persona. Freud nos dice que esta enfermedad es dolorosa, donde la persona pierde todo contacto con la realidad. Es muy parecido al estado de duelo, donde realmente he perdido a una persona. Se muere mi madre y la realidad deja de tener interés para mi. Y sólo me interesa del exterior cosas que me recuerden a madre. Esto parece una enfermedad pero es sólo temporal. En el duelo, la realidad te acaba diciendo que aunque ya no esté más la persona que has perdido, puedes tener otras personas también queridas. Sin embargo, aún teniendo una nueva realidad, nunca se termina de abandonar lo que una vez se tuvo o quiso. Cuando el tiempo del duelo, se prolonga mas de lo debido termina convirtiéndose en enfermedad, melancolía. Mientras que en el duelo, trabajar, la realidad deja de interesarme, en la melancolía, hay autoreproche: soy indigno, fantasías de ruina, empobrecimiento, de miseria del yo...